Desolación. Durante la noche la avenida 9 de Octubre, como el resto de calles que forman el centro de la urbe, es poco concurrida.

En las noches, el centro se vuelve una ciudad fantasma

Los comercios del centro de Guayaquil cierran sus puertas a las 18:00 y con ello ahuyentan a miles de ciudadanos que transitan por allí en el día.

¿Qué tan tarde debe ser para que el casco central de Guayaquil se vuelva un paisaje desolado? Pues no mucho tiempo luego de la caída del sol.

EXPRESO recorrió por varios días y noches este sector -que es a la vez el más turístico de la ciudad- y constató que el movido ritmo característico de las calles Rumichaca, Boyacá, Luque, Aguirre, Pedro Carbo, Junín, entre otras, dura solo mientras el sol brilla.

Si bien no es posible precisar la cantidad de personas que en el día recorre esta zona, evidentemente son mucho más que los 175.000 vehículos que todos los días transitan por allí.

Las tardes son bulliciosas y movidas. Además de las casas comerciales que ofrecen electrodomésticos, ropa, artículos para el hogar; de los restaurantes que brindan una amplia variedad gastronómica, bebidas y helados; de los negocios que dan servicios telefónicos y de internet; en las calles se elevan las voces de los vendedores informales y de la música por altoparlante de algún local.

Pero la noche llega y conforme avanza la oscuridad se apaga el ruido del comercio y empieza a reinar una soledad como de ciudad fantasma.

Es entonces cuando algunas aceras empiezan a usarse como colchones por personas sin hogar y el temor a pasar por una calle desolada intimida incluso a los propios moradores.

Aún, el bulevar 9 de Octubre, calle patrimonial de la ciudad, a las 22:30 de un viernes, fin de mes, luce vacía, con pocas personas y carros que la transitan, como lo muestra la imagen.

A esa misma hora, en la calle Vélez solo hay algún ‘chambero’ buscando objetos entre los desechos. En Chile o Luque la basura regada invade el área con un fétido olor. Y Boyacá, aunque bien iluminada, causa temor transitarla, pues en sus intersecciones hay quienes esperan con aspecto sospechoso.

“Antes, al menos se podía pasear con más tranquilidad en las noches. Ahora roban y asaltan a esas horas; hay más delincuencia”, comenta Hugo Overti, residente de la calle Boyacá en una plática con dos vecinos. Todos, jubilados, solo pasean por el centro hasta las 18:00.

Apenas indigentes y recicladores caminan por las veredas o la calzada. Y es justamente ese panorama que organizaciones como el Comité Pro Centro ha intentado cambiar.

Nelson Guim, presidente de esa organización, cree que la policía frustró uno de sus planes para empezar a darle vida a un Guayaquil nocturno. Según dijo a este Diario, después de lograr la creación de una Policía Turística de Guayaquil, las autoridades de la Policía Nacional decidieron trasladar a otra ciudad a la agente encargada del proyecto que arrancaría el 11 de este mes con un ciclo tour nocturno. “El evento ya no se dará”, lamenta.

Pero el plan de reactivación continúa. “Se lo propuse al Municipio el año pasado y aceptó; este año lo replicamos. Instalamos seis casitas de Navidad aledañas a la Plaza de la Administración que brillan incluso pasadas las 22:00”, dice Silvia Vélez, también integrante del Comité Pro Centro. Ella además tiene previsto realizar una actividad navideña para el 22 de este mes, en el cerro Santa Ana, justamente con el mismo propósito: dar más vida a la noche.

El objetivo es reactivar el turismo nocturno. Así lo precisa Holbach Muñetón, presidente de la Cámara de Turismo del Guayas y presidente de la Cámara de Turismo de Ecuador. “Con el apoyo de la Alcaldía ya hemos empezado a reactivar calles como la Panamá haciendo festivales. Hay que darle al turista y a los ciudadanos opciones en las noches de diversión y gastronomía”.

La institución que preside Muñetón, en conjunto con el Comité Pro Centro mantienen la idea de abrir los comercios del centro por lo menos hasta las diez de la noche. “Es una idea de propuesta nuestra para los dueños de los locales”.

Pero mientras eso se concreta, las avenidas del centro se sumergen en silencio y soledad luego de que el sol se esconde.

Voces

Tomás Ronquillo, morador de la calle Rumichaca

Paso por la 9 de Octubre y otras calles del centro cada fin de semana, pero solo en las tardes porque en las noches todo se cierra y andar a esas horas es correr peligro

Jaime Ríos, morador de la calle Aguirre

Si uno quiere salir a las 21:00 a pasear un rato, debe visitar un restaurante o local del norte, de esos caros, que abren hasta tarde porque a esa hora en el centro ya no hay a dónde ir.

Vicente Collazo, morador de la calle Boyacá

En la noche otra clase de personas merodean por aquí. Ya no hay locales abiertos, solo chamberos moviendo la basura y otros quienes aprovechan para robar