EXPRESO viajó a San Francisco (EE.UU.) para ser los primeros en conducir la segunda generación del Nissan Leaf.

Nissan Leaf, el auto 100 % electrico que topa la cima

En agosto fuimos los primeros en probar el Galaxy Note 9, el smartphone de la línea premiun de Samsung, antes de que llegara al país. Ahora somos los primeros en conducir la segunda generación del Nissan Leaf, el carro 100 % eléctrico más vendido del m

En agosto fuimos los primeros en probar el Galaxy Note 9, el smartphone de la línea premiun de Samsung, antes de que llegara al país. Ahora somos los primeros en conducir la segunda generación del Nissan Leaf, el carro 100 % eléctrico más vendido del mundo, que el próximo año llegará a Ecuador y otros países de Latinoamérica.

EXPRESO viajó a San Francisco para sentir la potencia, suavidad y respuesta instantánea que promete este auto, además de cero emisiones y una autonomía de 378 km con su batería de 40 kilovatios/hora (según la versión).

Ir al volante en un carro automático es muy cómodo, pero ir al volante en un Leaf es extremadamente cómodo. Imagine esto: ni palanca de velocidades ni tres pedales, en vez de ello un joystick para seleccionar entre parking, drive y reverse y tan solo dos pedales, de los cuales en el modo ePedal solo se necesita uno para acelerar y para frenar.

Tal como lo lee, al activar este modo que se encuentra a cuatro dedos de la palanca, la conducción depende de un solo pedal, el del acelerador. Es decir que el auto se retiene al levantar gradualmente el pie del acelerador y, es capaz de detenerse por completo y mantenerse frenado, incluso en pendientes, al retirar el pie completamente. El freno, con ePedal solo se utiliza en momentos puntuales, casi que de emergencia.

Puede resultar un poco extraño al principio, pero funciona bien, con bastante progresividad, uno se acostumbra y al final resulta bastante práctico , ya sea en pleno tráfico, atravesando el Golden Gate Bridge o sorteando las curvas de las carreteras aledañas a los Bosques de Muir.

También trae otras tecnologías que destacar como su sistema multimedia compatible con Android Auto y Apple Carplay, el sistema de aparcamiento casi autónomo (ProPilot Park) y el piloto automático temporal (ProPilot) para autopista y atascos de tráfico.

ProPilot, por su parte, se trata de un modo que permite la conducción autónoma en carretera. Al activarlo, con solo apretar un botón en el volante y establecer la velocidad a la que queremos circular, mantiene el carro en el centro del carril, tanto en curvas como en rectas, circulando a la distancia que marquemos del vehículo que nos precede y acelerando o llegando a frenar de todo en función del mismo.

Este sistema cuenta con cámaras y un software de procesamiento de imágenes en 3D que reconocen y leen las líneas de la carretera y los vehículos que circulan por ella. Con esa información actúa sobre el acelerador, el freno y la dirección, para mantener al Leaf, entre 30 y 100 km/h, en la trayectoria.

Los radares y cámaras del Nissan Leaf además permiten utilizar una función que nos ha encantado, el ProPilot Park. Este modo guía sin esfuerzo al carro hasta aparcarlo en paralelo, en ángulo, hacia adelante o marcha atrás; de esta manera se reduce el estrés del conductor, ya que el sistema controla el acelerador, el freno y la dirección. El conductor controla la zona circundante del vehículo y pisa el freno si es necesario.

El Nissan Leaf es la apuesta de movilidad más icónica de la marca respecto a su visión del futuro de vehículos, la cual se traduce esencialmente en tres principios: cero choques, cero emisiones y experiencia totalmente inmersiva.

Además es totalmente amigable. Es como pasar de un teléfono Android, a otro Android. Cinco minutos, o menos, de comenzar la prueba no extraña en lo absoluto el segundo pedal, menos el tercero. El frenado es mucho más rápido de lo que creería y entiende la necesidad de la desaceleración de inmediato.

La única duda que nos salta a la mente sobre su anunciada llegada al país en el 2019, es la falta de puntos de carga, aunque Nissan ha asegurado que el Leaf se puede cargar tranquilamente en casa. Sin embargo, la preocupación de que la batería del smartphone llegue al final del día, no podría dejar de tenerla por el vehículo, con el agravante de quedarse varado en el centro de la ciudad.

En definitiva, subirse a un vehículo eléctrico por primera vez es olvidarse por un momento lo que se siente manejar. De pronto no hay velocidades, obviamente tampoco un tercer pedal y el motor es demasiado silencioso (si se descuida puede olvidar si está prendido o apagado).

El Nissan Leaf, del cual se desconoce el precio de introducción al mercado latino, parece un buen avance hacia ese futuro de carros hiperconectados, repletos de tecnologías que hacen parecer a la caja de cambios tan fuera de siglo como una carroza.

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