La neblina del poder

El poder es una experiencia que en muchos pasajes de la historia ha terminado anulando la racionalidad. Se ha constituido en una categoría de vida que eliminó sus fuentes sociales, mató sus referentes humanos y se convirtió en el instrumento ruin que hizo desaparecer la noción de expectativas, demandas y aspiraciones ciudadanas. Este fenómeno, en definitiva, ha significado un corte entre la sociedad y el control sobre ella, un momento de clausura de cualquier posibilidad de realización a partir de los sentimientos de la gente, y la imposición de los intereses del reducido núcleo que lo ha detentado y manejado. Así, ese tipo de poder no tiene color ideológico. Si el que lo detenta está ubicado hacia la derecha del pensamiento y la acción política, utiliza el poder para someter las expresiones opositoras calificadas por él como manifestaciones de irracionalidades extremistas de izquierda, enemigas de la propiedad y peligrosas amenazas contra la religión y la vida cristiana. Si está en manos de las fuerzas de izquierda, su dominio se justificará como el necesario combate para someter y anular las manifestaciones del retroceso histórico, la peligrosa reacción en condiciones de propiciar la perduración de modelos de sociedad injusta e inequitativa, y los intentos de que las élites poderosas y enriquecidas gracias a la explotación y el latrocinio, ahora despojadas del mando, lo recuperen y vuelvan a ser dominantes.

Entre los casos con ese perfil y de mayor significación en el mundo actual podrían citarse el fascismo y el nazismo, liderados por Mussolini y Hitler, ubicados a la derecha del espectro político; el totalitarismo, asumido de izquierda, dirigido por Stalin en la Unión Soviética; el régimen castrista cubano, y más recientemente los denominados “populismos de izquierda” como el chavismo en Venezuela, el gobierno de Ortega en Nicaragua, el de Evo Morales en Bolivia, el kirschnerismo de Argentina y, con ciertas diferencias, el gobierno de Lula da Silva en Brasil.

Todos ellos han despreciado a la sociedad.