Milagro. La virreina de la ciudad, Samantha Cárdenas Dáger, lidera esta iniciativa con el fin de entregar regalos a niños de sectores vulnerables.

La Navidad llega desde un hospital de peluches

Como en toda casa de salud, los pacientes ingresan con algún tipo de lastimadura: algunos llegan con sus extremidades rotas, otros lucen demasiado delgados; y, en los casos más extremos, sin un ojo o sin nariz.

Estos y otros males son ‘curados’ por un grupo de amigos encargados de sanar a estos singulares pacientes: decenas de peluches que necesitan algún tipo de reparación.

El proyecto social se denomina ‘Hospital de peluches’. Consiste básicamente en recolectar peluches en desuso o dañados, repararlos y regalarlos en Navidad a niños de diferentes sectores vulnerables del cantón Milagro.

La directora de esta iniciativa social es la virreina de la ciudad, Samantha Cárdenas, quien con la ayuda de su familia y de un grupo de amigos repara cada día decenas de peluches que les han sido donados por diversas personas.

“La idea nació para agasajar a los niños en diciembre y llevarles alegría, pero queríamos hacer algo innovador”, dice Samantha, mientras con agilidad remienda un peluche de Spiderman que alguien le donó.

La sala de la vivienda de Samantha ahora luce invadida con más de 200 de estos muñecos. Hay de todo tamaño: desde un enorme ‘Garu’ (personaje de tiras cómicas), hasta una diminuta osa que cabe en la palma abierta de cualquier mano.

Los muebles de la sala y el piso se han convertido en el lugar donde este grupo de jóvenes repara con entusiasmo a los peluches, que después de una sesión de hilo, aguja y un baño (si así lo requiere), quedan otra vez como nuevos.

A la fecha, son más de 200 peluches que Samantha ha logrado recolectar. Su meta es llegar a los 1.000.

Una de las más experimentadas en reparar estos juguetes rellenos de algodón es Mariana Reina, la abuela de Samantha. Ella se ha involucrado en el proyecto tanto o más que su nieta. Se siente feliz de ayudarla en esta iniciativa que pretende dibujar sonrisas en los niños de su ciudad.

El equipo también lo integra Mariela Dáger, mamá de Samantha, quien donó a su ‘mamochito’, un muñeco color café que su difunto esposo le regaló hace 20 años, cuando Samantha era una bebé.

Mientras abraza a su oso, Mariela asegura que el juguete tiene para ella un alto valor sentimental. “Durante estos veinte años ha dormido conmigo en mi cama”, revela la mamá de Samantha, a quien la decisión de desprenderse de ese obsequio le ha costado mucho.

Mariela desea conocer al niño o niña que se convertirá en el nuevo dueño para explicarle el valor sentimental que tiene.

Samantha también recibe el apoyo de su tía Débora Cobo, su primo Luis Durango, sus amigas Astrid Cordero y Briana Guevara, y el de su novio, Luis Burbano.

Precisamente, Luis y Samantha decidieron donar cerca de 20 peluches que tenían; la mayoría forman parte de los que Luis le regaló. “Es por una buena causa y sabemos que hay niños que no reciben nada en Navidad; esta es la oportunidad de llevarles un poco de amor y alegría”, opina Luis.

Samantha indica que realiza la promoción de este proyecto a través de las redes sociales. Ha visitado también varias instituciones educativas solicitando la donación de los peluches y posee una decena de puntos de acopio en la ciudad donde la gente puede acercarse a donar estos juguetes.

La virreina de Milagro también asegura haber recibido la colaboración de reinas y exreinas de belleza de los cantones vecinos, quienes han aportado con su proyecto.