Muro con México, la gran oferta de Trump

Muro con Mexico, la gran oferta de Trump

El magnate Donald Trump oficializó anoche su propuesta estrella: la construcción de un muro en la frontera con México. Lo hizo en su discurso de aceptación como candidato republicano a la Casa Blanca, poco más de un año de lanzar esa controvertida idea

El magnate Donald Trump oficializó anoche su propuesta estrella: la construcción de un muro en la frontera con México. Lo hizo en su discurso de aceptación como candidato republicano a la Casa Blanca, poco más de un año de lanzar esa controvertida idea en la presentación de su campaña.

“Vamos a construir un gran muro para poner fin a la inmigración ilegal, para poner fin a las pandillas y a la violencia, para impedir la entrada de droga”, afirmó Trump en el discurso que cerró la Convención Republicana de Cleveland (Ohio, Estados Unidos).

“He sido honrado con el apoyo de la Patrulla Fronteriza (exactamente por un importante sindicato del cuerpo, no por todo el conjunto), y trabajaré directamente con ellos para proteger la integridad de nuestro sistema migratorio”, indicó el magnate de 70 años.

En otro punto, afirmó que “no habrá prosperidad sin ley y orden” (en el país), al tiempo que recalcó que “en la carrera por la Casa Blanca, yo soy el candidato de la ley y el orden”.

El candidato presidencial republicano arremetió también contra lo que llamó el legado de “muerte y destrucción” dejado por la exsecretaria de Estado, Hillary Clinton, su rival en los comicios de noviembre para la Casa Blanca.

Trump la culpó del surgimiento del grupo yihadista Estado Islámico y por cosechar el caos en Egipto, Irak, Siria y Libia. “Este es el legado de Hillary Clinton: muerte, destrucción, terrorismo y debilidad”, afirmó.

Trump se medirá en los comicios de noviembre a la demócrata Hillary Clinton, quien observó con atención los cuatro días de la feria política del otro partido, convertida allí en la personalidad que más odian los republicanos.

Clinton y Trump marchan cabeza a cabeza, según un promedio de sondeos nacionales, que da a la exsecretaria de Estado del presidente Barack Obama el 44 % de las intenciones de voto contra 41 % para el magnate inmobiliario.

La ocasión marca el increíble ascenso a la cumbre del ‘Gran Old Party’ de un neófito de la política, quien con crudeza y estridencia supo mejor que nadie interpretar la desesperación de los perdedores de la globalización y canalizar su rabia hacia las clases dirigentes.

Su campaña ha desafiado las normas políticas: insultando a inmigrantes y a musulmanes, ignorando el sistema de campaña oficial y prefiriendo la cobertura gratuita de los medios.

Y aunque el rechazo a su candidatura entre los votantes latinos supera el 70 %, Ralph Alvarado, un senador estatal en Kentucky, hijo de inmigrantes de Argentina y Costa Rica, llamó a los latinos a que “voten por Donald Trump”.

Donald Trump debía pronunciar ayer el más importante discurso de su corta vida política, centrado en su visión para Estados Unidos y con miras a salvar un fracturado Partido Republicano luego de que su principal rival en la lid interna se negó a apoyarlo.

El magnate de bienes raíces de 70 años debía aceptar (hasta el cierre de esta edición seguía la reunión) la candidatura del partido Republicano a la presidencia de Estados Unidos en la clausura de una accidentada convención partidista en Cleveland.

Trump se medirá en los comicios de noviembre a la demócrata Hillary Clinton, quien observó con atención los cuatro días de la feria política del otro partido, convertida allí en la personalidad que más odian los republicanos.

Clinton y Trump marchan cabeza a cabeza, según un promedio de sondeos nacionales, que da a la exsecretaria de Estado del presidente Barack Obama el 44 % de las intenciones de voto contra 41 % para el magnate inmobiliario.

La ocasión marca el increíble ascenso a la cumbre del ‘Gran Old Party’ de un neófito de la política, quien con crudeza y estridencia supo mejor que nadie interpretar la desesperación de los perdedores de la globalización y canalizar su rabia hacia las clases dirigentes.

Pero antes que los globos con los colores azul, blanco y rojo caigan sobre la tarima del Quicken Loans Arena de Cleveland, Trump debe primero atender una tarea más elemental, pero no menos urgente.

Ante millones de espectadores por televisión, el incendiario millonario deberá probar a los estadounidenses que merece ocupar la Casa Blanca.

Trump deberá intentar sanar las heridas del partido, reabiertas el miércoles cuando su principal rival en las primarias, el senador Ted Cruz, se negó a brindar su apoyo detrás del millonario, que ha repelido a mujeres y latinos.

Su campaña ha desafiado las normas políticas: insultando a inmigrantes y a musulmanes, ignorando el sistema de campaña oficial y prefiriendo la cobertura gratuita de los medios.

Aunque el rechazo a su candidatura entre los votantes latinos supera el 70 %, Ralph Alvarado, un senador estatal en Kentucky, hijo de inmigrantes de Argentina y Costa Rica, llamó a los latinos a que “voten por Donald Trump”.

“El discurso de Trump se enfocará en su visión”, dijo su jefe de campaña, Paul Manafort, “y tratará temas de actualidad como la crisis que enfrentan las ciudades y el terrorismo”.

A más de dos meses de finalizadas las primarias, con sus 16 contrincantes derrotados, la candidatura de Trump sigue enfrentando profundas divisiones, desplegadas de lleno en la convención de investidura republicana.