La muralla del Idolo

Más dudas que certezas presentaba la defensa de Barcelona a principios de temporada, sin embargo, los movimientos de piezas que realizó el técnico Guillermo Almada le permitió encontrar solidez en una zaga que en los actuales momentos es la menos batida del torneo sumando la primera y lo que se ha jugado de la segunda parte del campeonato.

En 28 partidos, la portería del Ídolo del Astillero solo ha recibido 25 goles. Aquello se ha dado gracias a decisiones claves. Desde la segunda fecha, Darío Aimar tomó la titularidad. El joven defensor, que destacó en una Liga de Loja que descendió a la Serie B, tomó la responsabilidad de comandar, pese a sus 21 años, el centro de la zaga amarilla. No solo muestra solvencia atrás, sino que ha marcado anotaciones.

Sin embargo, le faltaba un compañero idóneo y desde la decimoséptima jornada lo encontró en Anderson Ordóñez. El defensa central, quien en ocasiones no figuraba ni entre los alternantes, se adueñó del puesto, que en principio estaba siendo ocupado por el brasileño naturalizado uruguayo Gabriel Marques. El foráneo pasó a ocupar un lugar en la zona de volantes, donde ha levantado su rendimiento y facilita la misión de los defensas al cortarle las vías de salida al adversario.

Los marcadores de punta también le entregan solidez a la retaguardia de Barcelona. Pedro Pablo Velasco, marcador derecho, y Mario Pineida, por la parte izquierda, tienen un juego en el que pese a sus múltiples desbordes para buscar alternativas en la ofensiva, aquello no provoca que descuiden sus funciones atrás. Los rápidos retornos y la colaboración de Aimar y Ordóñez que cubren los espacios contribuyen al equilibrio de la línea de cuatro de los canarios.

Velasco, Aimar, Ordóñez y Pineida son nombres en los que Almada encontró la fórmula para tener seguridad en su área, y que hoy estarán ante River Ecuador en el estadio Christian Benítez, en lo que será nueva ‘final’ para los toreros en su afán de alcanzar el cetro.