
Recortes en el Seguro Social: ¿Cómo afectan a jubilados mayores de 62 años en EE.UU.?
El Gobierno de Estados Unidos reactivó el cobro de deudas estudiantiles impagas desde el Seguro Social
Para muchos adultos mayores en Estados Unidos, la llegada del cheque mensual del Seguro Social representa estabilidad y alivio. Pero desde junio de 2025, esa certeza se verá interrumpida por una realidad poco conocida: el gobierno federal ha retomado la práctica de recortar pagos por deudas estudiantiles impagas.
Aunque parezca sorprendente, millones de personas mayores de 62 años aún arrastran préstamos educativos de décadas atrás. Más de 450.000 de ellas se encuentran en mora, y por ello son blanco del Programa de Compensación del Tesoro (TOP), que permite al Estado retener hasta un 15% del beneficio mensual del Seguro Social, siempre que el monto restante no sea inferior a 750 dólares.
Sin advertencia, sin margen
Lo que más ha indignado a los afectados no es solo el recorte, sino la falta de aviso. La ley solo exige una notificación inicial —que pudo haber sido enviada años atrás—, por lo que muchos jubilados descubrieron los descuentos al ver el depósito reducido en sus cuentas. Organizaciones de defensa de los consumidores califican la medida como "inhumana", en un contexto donde cada dólar es vital para pagar medicinas, comida o servicios esenciales.
A pesar del impacto, el gobierno no ha emitido ninguna declaración oficial que sugiera cambios o excepciones. El Departamento de Educación tampoco ha actualizado su política de notificación. En la práctica, esto ha dejado a cientos de miles de personas mayores sin defensa ni alternativa inmediata.
El costo de estudiar, incluso después de jubilarse
Esta situación revela una arista poco explorada de la crisis de deuda estudiantil en EE.UU.: sus efectos no terminan con la juventud. El peso de préstamos tomados hace 30 o 40 años ahora cae sobre hombros cansados, en una etapa donde los ingresos ya son limitados y las opciones, escasas.
Con un sistema de beneficios sociales cada vez más presionado y una población envejecida, la reanudación de estos cobros podría ser apenas la primera señal de una tormenta mayor. Para muchos, significa ajustar su modo de vida, sacrificar necesidades básicas o simplemente vivir con la angustia de que lo poco que tienen siga disminuyendo.
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