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El jefe del Gobierno español en funciones, Pedro Sánchez (c), saluda al presidente de Sudáfrica, Cyril Ramaphosa (d), durante la Asamblea General de la ONU.EFE

¿El ocaso de las Naciones Unidas?

Algo está sucediendo al interior de esta organización, pues se está empezando a cuestionar su relevancia en el plano internacional

La 78° Asamblea General de las Naciones Unidas fue convocada como cada año en su sede oficial, Nueva York. Las jornadas han estado empapadas de matices y lo que ha primado como siempre, ha sido la oportunidad de cada uno de los presidentes de los países miembros, para tratar de convencerse entre ellos que son seres virtuosos y que tienen las soluciones a todos los problemas mundiales.

La Organización para las Naciones Unidas (ONU) nace en 1945, luego de la Segunda Guerra, en un contexto en el que los países solo anhelaban la paz; luego de años de constantes conflictos armados las ciudades habían quedado en ruinas, sin embargo seguía viva la esperanza de reestablecer el orden mundial. La ONU fue el actor articulador para promover la seguridad internacional y las relaciones de amistad entre las naciones.

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Por supuesto no podemos despreciar las trascendentales contribuciones de esta organización a lo largo de la historia moderna, destacando así la creación de la Declaración Universal de Derechos Humanos, que supuso el reconocimiento universal de los derechos básicos y libertades individuales. También la ONU ha gestionado un sin número de misiones de paz y se puede destacar su importante rol para acabar con el sistema del Apartheid en Sudáfrica, entre otras.

António Guterres

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Pero algo está sucediendo al interior de esta organización internacional, porque no marcha al compás de las realidades actuales. Lo dijo claramente su Secretario General, el portugués António Guterres en su discurso durante la inauguración el pasado 19 de septiembre: “el mundo ha cambiado pero nuestras instituciones no”.

Esta es la razón por la que se está empezando a cuestionar la relevancia de la ONU en el plano internacional. Comenzando por el hecho que no ha logrado su principal cometido con el que se fundó la organización, que fue prevenir futuras guerras. Fallaron desde el momento en que comenzaron las hostilidades durante la Guerra Fría y ni hablar del presente, donde la invasión Rusia a Ucrania se ha vuelto insostenible y ha perjudicado en cifras multimillonarias al comercio internacional, intercambios culturales y más importante aún, a civiles.

A lo largo de la Asamblea General se ha enfatizado que estamos enfrentándonos a “policrisis”, lo que significa que hay distintos riesgos a los que estamos expuestos y en su conjunto representan un daño mayor para nuestras sociedades. Podemos citar como ejemplos la crisis económica en Estados Unidos y Europa, la crisis migratoria en América Latina, cuyas consecuencias nefastas las hemos visto expresadas en las experiencias de quienes atraviesan a diario el Darién, pero también los puertos italianos como Lampedusa que reciben miles de africanos a causa de persecuciones políticas y religiosas.

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El problema recae en que la ONU se ha posicionado como un ente neutral frente a los conflictos mundiales; tal es el caso de Lula da Silva, que a pesar de haber estado 580 días encarcelado por los casos de corrupción de la operación Lava Jato, se apropió de la sesión para señalar cómo los Estados han fallado en las consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, cuando lógicamente resultaría difícil alcanzarlos, si los recursos públicos se mal utilizan como sucede en las administraciones públicas de la región. Momentos como el descrito anteriormente, son los que hacen perder relevancia a instituciones con la ONU.

Es momento de que las Naciones Unidas se reconfiguren y se vuelquen a trabajar en las prioridades de la actualidad. Se debe promover la cooperación efectiva con aliados regionales y sostener posturas claras frente a los conflictos; esto será fundamental para que no nos convirtamos en espectadores del ocaso de esta institución que en la década de los cuarenta levantó al mundo de las cenizas.

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