
Navidad en resistencia: historias de miedo, guerra y esperanza alrededor del mundo
Celebrar pese a todo: cómo el mundo enfrenta una Navidad marcada por la adversidad
Esta Navidad se celebra de maneras muy distintas en el mundo, pero en muchos lugares tiene un denominador común: la resistencia frente a la adversidad y la esperanza como acto cotidiano. Desde Estados Unidos hasta Ucrania, pasando por Japón, México y Cuba, millones de personas viven las fiestas marcadas por el miedo, la escasez, la guerra o la incertidumbre económica, sin renunciar del todo al sentido profundo de la Navidad.
En Estados Unidos, familias migrantes enfrentan una de las temporadas más dolorosas de los últimos años. La intensificación de las redadas migratorias durante el segundo mandato de Donald Trump ha dejado hogares incompletos y a padres, madres e hijos rogando por pasar desapercibidos.
Para muchos, la Navidad se vive en silencio, con adornos retirados y oraciones repetidas —“hazme invisible”— como forma de protección. Sin embargo, incluso en medio del temor, persiste la fe en la reunificación familiar y en la posibilidad de un futuro más justo.
En Ucrania, la guerra vuelve a imponerse sobre las celebraciones. Millones de personas pasan la Nochebuena sin electricidad, soportando temperaturas bajo cero tras nuevos ataques rusos contra la infraestructura energética.

Una oportunidad vital
Aun así, las velas sustituyen a las luces eléctricas, los villancicos resuenan entre generadores y las tradiciones se mantienen como un gesto de identidad y fortaleza colectiva. Para muchos ucranianos, celebrar la Navidad es, ante todo, un acto de esperanza en la paz.
Japón ofrece un contraste singular. En un país donde la Navidad no es religiosa, la fecha se ha transformado en un símbolo del amor romántico, las citas en pareja y las tradiciones reinventadas.
Al mismo tiempo, emerge el fenómeno del Kuribocchi, quienes pasan estas fechas en soledad. Entre luces, tartas y pollo frito, la Navidad japonesa refleja una sociedad que redefine el festejo, encontrando nuevas formas de compañía y significado.
En México, las fiestas representan una oportunidad vital para millones de trabajadores informales. Diciembre es el mes clave para el sustento de miles de familias que dependen del comercio callejero, mientras consumidores buscan precios accesibles en medio de la inflación.




Aunque la informalidad sigue siendo un desafío estructural, estas fechas muestran la solidaridad cotidiana y el esfuerzo compartido por cerrar el año con algo de alivio económico.
Cuba, por su parte, vive una Navidad a oscuras. Los apagones prolongados acompañan las cenas de Nochebuena en gran parte del país, reflejo de una crisis energética profunda. Sin embargo, las familias se adaptan, cocinan cuando hay luz, comparten cuando no la hay y mantienen vivas las celebraciones como símbolo de resistencia ante la escasez.
Así, en distintos rincones del mundo, la Navidad de 2025 no es ajena al dolor ni a la incertidumbre. Pero incluso en contextos adversos, millones de personas encuentran en estas fechas un espacio para la esperanza: en la familia, en las tradiciones, en la fe o simplemente en la convicción de que, pese a todo, habrá días mejores.
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