
La cuenta regresiva de la paz total en Colombia: Legado de Petro en la mira electoral
Aunque Medellín y Buenaventura redujeron violencia, el país enfrenta crisis humanitaria récord y diálogos de paz suspendidos
La 'paz total', buque insignia del presidente de Colombia, Gustavo Petro, hace agua a un año de terminar su mandato por el fracaso de los diálogos con la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN) y la proliferación de grupos armados que han incrementado la violencia en el país.
Esta ambiciosa propuesta también contempla negociar con las disidencias de las FARC y buscar el sometimiento a la justicia de bandas como el Clan del Golfo, la mayor organización criminal del país.
Sin embargo, los resultados han sido pocos: la destrucción de armas de los Comuneros del Sur, una disidencia del ELN que opera en el departamento de Nariño (suroeste), y acuerdos con bandas de Medellín y Buenaventura que han disminuido los índices de violencia en estas ciudades.
"En medio de grandes dificultades históricas le seguimos apostando a la paz, tema de seguridad que amerita un detenimiento, porque obviamente este Gobierno no ha logrado la paz total", reconoció Petro el pasado 20 de julio en el discurso de instalación del nuevo periodo de sesiones del Congreso, el último con el que trabajará su Gobierno.
El Gobierno de Perú expresa su "más firme y enérgica" protesta ante las declaraciones del presidente de Colombia, Gustavo Petro, donde acusa a las autoridades peruanas de "apropiarse" de la isla Santa Rosa.https://t.co/RIeUaIUJ95 pic.twitter.com/fjB9IYr9Hd
— EFE Noticias (@EFEnoticias) August 5, 2025
Con el viento en contra
La mayor apuesta del Gobierno eran los diálogos con el ELN, la guerrilla activa más antigua de América Latina.
Las conversaciones de paz comenzaron en noviembre de 2022 en Caracas, pero desde hace más de un año esos diálogos están suspendidos por la poca voluntad de negociación de esa guerrilla.
La crisis en los diálogos se agravó luego de que en enero pasado el ELN lanzara en la región del Catatumbo una ofensiva contra el Frente 33 de las disidencias de las FARC, en una disputa por el control territorial de esa vasta región del departamento de Norte de Santander, lo que dejó cerca de un centenar de muertos, incluidos civiles, y unos 60.000 desplazados.
"Ustedes, al atacar a sangre y fuego a civiles de manera sistemática en el Catatumbo, rompieron las conversaciones de paz con mi Gobierno", manifestó Petro el mes pasado dirigiéndose al ELN.
El senador izquierdista Iván Cepeda, que hace parte del equipo negociador del Gobierno con el ELN, afirma a EFE que el hecho de que la 'paz total' no avance "es un problema vital y debe ser objeto de un debate serio en las próximas elecciones" parlamentarias y presidenciales de 2026.
"Esto que voy a decir puede sonar de alguna manera exculpatorio, pero no lo es. En el mundo, en general, el problema de la paz hoy es (...) que no hay unos vientos favorables para buscar, mediante el diálogo, la solución de las guerras. Las guerras que hay son cada vez más descompuestas, más agresivas y con el peligro de llegar a una confrontación nuclear", expresa Cepeda.
El congresista, que también fue clave en las negociaciones que llevaron a la desmovilización de las FARC en 2016, señaló que Colombia está siendo afectada "por esa corriente" global.
"No soy de aquellos que piensa que un nuevo Gobierno, sea cual sea su signo, tenga que coger los diálogos de paz y botarlos al cesto de la basura. Hay que pensar dónde han estado los problemas, las fallas (...) pero no por eso acabar con los esfuerzos de paz", explica.

Crisis humanitaria
La semana pasada, el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) advirtió que 2025 va camino a ser el año de peores condiciones humanitarias en Colombia de la última década, situación que tiene como principal causa el aumento de los enfrentamientos entre los grupos armados.
El CICR registró 524 personas heridas o muertas por artefactos explosivos en los primeros cinco meses del año, un incremento del 145 % con respecto al mismo periodo de 2024.
Por otra parte, entre enero y mayo pasados, hubo 85.760 personas confinadas en 13 de los 32 departamentos colombianos, una subida del 169 % con respecto a los primeros cinco meses de 2024.
"El desplazamiento masivo también aumentó. Entre enero y mayo, 58.160 personas fueron desplazadas en diez departamentos, lo que representó un incremento del 117 % frente al mismo periodo de 2024", señaló el CICR.
En ese sentido, el jefe del Partido Liberal, el expresidente César Gaviria (1990-1994), asegura que "la intensificación de la violencia en Colombia es innegable y difícil de ocultar" por "los efectos adversos" de la política de 'paz total'.
"Lejos de consolidar una estrategia coherente, el Gobierno ha desplegado una política ambigua, desarticulada y desconectada de las realidades territoriales", expresa el exmandatario.
En su opinión, con la iniciativa gubernamental, en un contexto en el que el conflicto persiste, "se ha tolerado, cuando no facilitado, la expansión de actores armados ilegales, y se ha puesto en entredicho la autoridad legítima del Estado en amplias regiones del país".
Tres años después del lanzamiento de la 'paz total', ningún grupo armado se ha desmovilizado, aunque se mantienen los diálogos con los Comuneros del Sur y dos disidencias de las FARC: el Estado Mayor de Bloques y Frentes (EMBF) y la Coordinadora Nacional Ejército Bolivariano (CNEB).
Sin embargo, el Gobierno no negocia con el Estado Mayor Central (EMC), la mayor disidencia de las FARC, liderada por alias 'Iván Mordisco', el criminal más buscado de Colombia.
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