
Irán sufre su peor sequía de los últimos 60 años
La capital Teherán ya ha sufrido racionamientos de agua debido a la falta de lluvias. Reservas están en un 5%
Las reservas de las presas que abastecen de agua a Teherán han caído a su nivel más bajo en 60 años, en medio de una sequía prolongada que amenaza con dejar sin recursos hídricos a la capital iraní, lo que preocupa a sus habitantes y ha provocado ya cortes nocturnos.
Por primera vez en seis décadas, el país persa atraviesa el sexto año consecutivo de sequía, con precipitaciones muy por debajo de la media, especialmente en Teherán, una metrópoli de 13 millones de habitantes.
Autoridades reconocen la crisis de agua en Irán
Las cifras son alarmantes. Según la Compañía de Agua y Alcantarillado de Teherán (Abfa), las reservas de las presas que abastecen a la ciudad han caído a solo el 5 % de su capacidad.
“Nos encontramos en una situación crítica y de alto riesgo”, advirtió Mohsen Ardekani, director de Abfa, quien calificó los recursos hídricos superficiales de la capital como “rojos y extremadamente frágiles”, en declaraciones al Club de Periodistas Jóvenes.
“Estamos viviendo algo que nunca pensé que vería en Teherán. Todos hablamos del miedo a que la ciudad quede sin agua, sería desastroso. Sin agua es imposible vivir”, declaró a EFE Ghazal, una vecina del norte de Teherán de 34 años.
Las condiciones meteorológicas han agudizado la crisis hídrica. Las precipitaciones en la capital iraní han caído a su nivel más bajo en un siglo, con apenas 159 milímetros en los últimos dos años hidrológicos.
En Teherán y en otras 20 de las 31 provincias del país no ha caído ni una sola gota de lluvia desde septiembre.
El Centro Nacional de Predicción Meteorológica de Irán reportó recientemente que, desde comienzos del otoño -el 23 de septiembre- hasta el 7 de noviembre, las precipitaciones han disminuido un 85,7 % en todo el país y un 95,8 % en la capital, en comparación con el promedio histórico.

El presidente iraní se pronunció al respecto
El presidente iraní, Masud Pezeshkian, reconoció la gravedad del problema el jueves y advirtió que, si no llueve antes de diciembre, “tendremos que racionar el agua en Teherán. Y si tampoco llueve después, no quedará agua y habrá que evacuar la ciudad”.
Junto a Teherán, otras 50 ciudades del país afrontan una grave escasez de agua, según datos recientes del Ministerio iraní de Energía, que indicó que 12 grandes represas del país están por debajo del 10 % de su capacidad.
La cartera añadió que Irán consume más del 92 % de sus recursos hídricos renovables, de los cuales el 85 % se destina al sector agrícola, una cifra muy por encima del estándar internacional del 40 % considerado sostenible.
Este uso excesivo de agua ha provocado hundimientos del suelo en numerosas llanuras, pérdida de estabilidad en los ecosistemas y la desecación del 40 % de las zonas húmedas del país, según datos de la Organización para la Protección del Medio Ambiente iraní.
La desaparición de lagos y humedales ha intensificado, además, las tormentas de polvo en las regiones central, oriental y meridional, afectando ya a más de ocho millones de hectáreas del territorio.
Para el investigador ambiental Iraj Heshmati, la crisis del agua en Irán va más allá de un problema climático.
“En el mundo actual, el agua no es solo un recurso natural, sino un indicador de justicia, sostenibilidad y madurez en la gobernanza”, explicó en declaraciones a la agencia IRNA.
Para muchos expertos, la peor crisis hídrica de la historia reciente de Irán es el resultado de la agricultura tradicional, en especial el cultivo de arroz y maíz, que requieren gran cantidad de agua, junto a políticas erróneas de construcción de represas en zonas inadecuadas y a la prolongada sequía.
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