
España: Torre Pacheco, cuando el odio encendió las redes
Un vídeo antiguo de otra agresión y una imagen con la supuesta identidad de los autores, cambiaron el relato del ataque
El discurso de odio contra los migrantes, alimentado por la desinformación, inundó las redes a partir de una agresión real en el pueblo español Torre Pacheco (Murcia), que se materializó en altercados violentos en esta localidad.
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Una investigación conjunta de EFE Verifica y VerificaRTVE radiografía la evolución de esa narrativa discriminatoria a partir del análisis de 115.000 mensajes.
El origen fue un suceso violento ocurrido el pasado 9 de julio, cuando un vecino de 68 años de Torre Pacheco fue asaltado por varios jóvenes mientras paseaba.
La Policía Local publicó ese día un mensaje en Facebook informando de la detención de dos jóvenes relacionados con la agresión.
Un día después se conoció que uno de ellos podría ser de origen magrebí y empezaron a viralizarse los primeros bulos en torno al suceso: un vídeo antiguo de otra agresión y una imagen con la supuesta identidad de los autores, que se expandieron rápidamente en las redes sociales y cambiaron el relato en las primeras 72 horas desde que trascendió el ataque.
“Cuando no hay información aparece la desinformación”, asegura Mari Luz Congosto, investigadora de redes sociales, quien explica que la falta de información sobre la identidad de los atacantes en los primeros momentos allanó el terreno a los desinformadores.
Un análisis de las publicaciones en la red social X constata que la verificación de información logró limitar el alcance de algunos de estos bulos, como ocurrió en el supuesto vídeo del ataque, que en realidad se correspondía con otra agresión.
No obstante, este esfuerzo de contención se enfrenta a la propia naturaleza de redes sociales como X, cuyos algoritmos, según Congosto, premian los temas conflictivos.
El funcionamiento de los algoritmos
La experta indica que las publicaciones con un elevado número de comentarios y citas son impulsadas al ser interpretadas como una señal de crispación, y afirma que “cuanto más ruido y más agresiva sea la información, mayor difusión” alcanza en estas plataformas.
El funcionamiento de estos algoritmos, sumado a los bulos, tiene un impacto directo en la ciudadanía.
Congosto sostiene que este tipo de mensajes “crean bases de discusión y conversación sobre información falsa”, lo que contribuye a que el discurso de odio se amplifique y los debates se contaminen, como ocurrió en Torre Pacheco.
Según un informe del Observatorio Español del Racismo y la Xenofobia (Oberaxe), estos contenidos falsos sirvieron para reforzar estereotipos negativos, deshumanizar a colectivos y crear un clima de miedo e inseguridad en el municipio.
La desinformación actuó como un catalizador del discurso de odio.
Un día después de la agresión aparecieron en internet las primeras convocatorias a la “cacería” de inmigrantes en esa localidad de Murcia, provincia con mucha población extranjera que trabaja en la agricultura.
El miedo empezó a instalarse en las calles. Algunos vecinos se encerraron en casa, otros adelantaron el cierre de sus negocios ante la creciente sensación de inseguridad.
De los casi 75.000 mensajes publicados con la expresión “Torre Pacheco” entre el 9 y el 17 de julio, cerca del 10 % contenía discurso de odio. Pueden parecer pocos, pero su repercusión es mayor, ya que consiguieron más republicaciones que el otro 90 %.
A medida que el suceso ganaba relevancia nacional, comenzaron a sumarse más voces, y la viralización de los mensajes de odio esos días se suavizó.
Ahora bien, las afirmaciones racistas mayoritariamente dirigidas contra personas del norte de África repuntaron cada tarde de disturbios. Y, tal como indica Oberaxe, estuvieron marcados por cuatro palabras clave: “paliza”, “mierda”, “machete” y “delincuente”.
Mientras esta ola de odio seguía creciendo en redes, el hombre agredido habló ante los medios de comunicación para tratar de poner fin a la instrumentalización de su caso.
Pidió paz, afirmó que en Torre Pacheco, donde el 30 por ciento de la población es migrante, “no hay odio” y dijo que desearía que todo lo ocurrido quedase en “un mal sueño”. Pero sus palabras no frenaron la narrativa discriminatoria.
Los mensajes sobre Torre Pacheco alcanzaron una dimensión internacional, con cuentas extranjeras que se hicieron eco del relato contra los magrebíes.
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