
El presidente Chaves de Costa Rica se juega su futuro en un proceso de desafuero
Se necesitan 38 votos para quitarle el fuero por presunta injerencia electoral. Congreso debate por segunda vez su inmunidad
El presidente de Costa Rica, Rodrigo Chaves, enfrenta el martes, 16 de diciembre de 2025, ante el Congreso la posibilidad de perder su inmunidad, paso previo a una eventual destitución por supuestamente influir en la campaña para las elecciones de 2026.
Es la segunda vez que Chaves, de 64 años, se juega su futuro político ante el Congreso de Diputados, que en septiembre pasado rechazó quitarle el fuero por un caso de presunta corrupción.
Ahora, el Tribunal Supremo de Elecciones (TSE) solicitó al Congreso desaforarlo para que sea investigado por aprovechar presuntamente su cargo “ilegítimamente” y "favorecer un programa político".
En Costa Rica el presidente tiene prohibido participar en actividades proselitistas o usar su cargo en beneficio de un partido.
El mandatario, que goza de alta popularidad por sus expresiones de mano dura, afirma que "no hay ninguna transgresión a la ley ni a la Constitución" y acusa a sus opositores de montar "un circo" y "un linchamiento político descarado".
Para que Chaves, un economista que trabajó en el Banco Mundial, pierda su inmunidad se requieren 38 votos, de un total de 57 diputados que componen el Congreso.
La sesión plenaria fue convocada para las 19H00 GMT, pero el presidente informó este martes que no asistirá porque "no hay claridad" sobre "las reglas y condiciones" para su comparecencia y "tampoco es claro si los diputados realmente están dispuestos a someter a votación el eventual desafuero".
En la antesala, el influyente congresista republicano Mario Díaz-Balart, aliado del presidente estadounidense, Donald Trump, afirmó que "remover a un presidente a pocos meses de las elecciones" pone "en riesgo la legitimidad democrática".
La discusión parlamentaria también se enmarca en un choque de poderes que se acentuó de cara a los comicios generales del próximo 1 de febrero, en los que la derecha busca seguir gobernando con la exministra Laura Fernández.
"La matemática no da"
Si Chaves llega a ser condenado por el TSE, podría ser destituido o inhabilitado para ejercer la política por varios años, explicó a la AFP Marvin Carvajal, catedrático de Derecho Constitucional de la Universidad de Costa Rica.
En el país centroamericano, que por años se ha jactado de ser una de las democracias más estables de Latinoamérica, no hay reelección presidencial.
Analistas consultados por la AFP consideran improbable que la oposición reúna los votos necesarios para el desafuero, en un Congreso muy fraccionado.
"Creo que la matemática, como la vez anterior, no da", declaró a la AFP Francisco Barahona, exrector de la Universidad para la Paz.
Según Barahona, solo un partido evangélico puede inclinar la balanza, pero esa formación argumenta que "no quiere convertir en mártir al presidente".
Además, Chaves finaliza el mandato en mayo, por lo que el tiempo sería insuficiente para concluir el proceso.
Caso "inédito"
Chaves ya salvó su inmunidad en septiembre en el Congreso. Estaba acusado por la Fiscalía de obligar a una empresa contratada por la Presidencia a darle 32.000 dólares a un amigo para asesorar su imagen.
"Lo inédito no es la segunda solicitud de desafuero, lo inédito es que un presidente haya actuado en la forma en que lo ha hecho, con tal irrespeto de las normas electorales que nos rigen", sostuvo Carvajal.
Chaves está enfrentado públicamente a la Fiscalía, la Corte Suprema, el Congreso y el Tribunal de Elecciones, a los que acusa de sabotear las reformas que pretende llevar adelante, mientras los jefes de estas instituciones le atribuyen derivas autoritarias.
Aunque el presidente podría salir airoso nuevamente, no siempre pudo eludir las acusaciones en su contra. El Banco Mundial lo sancionó por acosar sexualmente a dos subalternas y, tras su elección, ofreció "disculpas" por esos hechos.
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