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La Covid-19 sigue extendiéndose por Occidente mientras su segunda oleada golpea a Asia.EFE

Coronavirus: la carrera por encontrar una vacuna se acelera

Según la OMS, ahora mismo hay más de 60 equipos en el mundo trabajando para crear una cura contra el patógeno

Con casi dos millones de personas contagiadas en el mundo, el coronavirus sigue manteniendo la atención de la comunidad internacional. La poderosa pandemia ha mermado las actividades y paralizado la economía, por lo que cada vez es más urgente para los distintos gobiernos en todo el mundo, conseguir una salida a esta situación. Y mientras las medidas de confinamiento no se han ejecutado de forma optima, parece que la única salida a la crisis es una vacuna, así que la carrera por conseguirla se acelera. 

Coronavirus en el mundo. 9 de abril de 2020. Imagen: Pixabay

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Ahora mismo hay más de 60 equipos en el mundo trabajando para crear una cura contra el patógeno, según la Organización Mundial de la Salud. Los proyectos de Estados Unidos y China, que comenzaron sus ensayos clínicos el mes pasado, siguen en cabeza: el inyectable del gigante asiático ya está preparado para avanzar a la segunda fase.

Así lo anunció la firma responsable, CanSino Biologics, el pasado jueves. Este proyecto, desarrollado en colaboración de las fuerzas armadas chinas, recibió la aprobación regulatoria el mes pasado para comenzar los ensayos en humanos. Su dirección está a cargo de la bioingeniera y general de brigada Chen Wei, que se desplazó a Wuhan a finales de enero. 

El resultado de su trabajo es una vacuna de subunidad, una fórmula de nueva generación que solo contiene ciertos antígenos específicos sin patógenos, por lo que es considerada más segura que las técnicas tradicionales.

Una publicación del perfil oficial del EPL en redes sociales daba a entender, antes de ser eliminada, que Chen Wei se había inyectado una primera versión de la vacuna a ella misma y otros seis miembros de su equipo.

En primera etapa, el compuesto chino se aplicó a 108 personas sanas elegidas de entre más de 5.200 voluntarios, las cuales fueron divididas en tres grupos de acuerdo a la dosis recibida. 

Uno de ellos fue Xiang Yafei, un hombre de 30, que recibió la dosis más baja y relató su experiencia para el South China Morning Post.  “Tuve 37,6º de fiebre durante los dos primeros días. Fue como coger un resfriado, con síntomas de cansancio y fatiga, pero al tercero mi estado mejoró y básicamente he estado sano desde entonces”, mencionó el hombre.

Tras cumplir dos semanas de cuarentena en unas instalaciones militares, el pasado 2 de abril Xiang Yafei recibió el alta. El equipo médico tomó una muestra de su sangre en busca de los anticuerpos generados por el coronavirus, pero todavía no ha recibido una respuesta. Él no está preocupado. 

Nunca tuve miedo. (...) Antes de realizar la prueba conocí en persona a la general de brigada Chen Wei, quien me aseguró que no dañaría mi cuerpo

Xiang Yafei, voluntario 

De igual forma está sucediendo en EE UU, donde las pruebas comenzaron apenas un día antes que las del proyecto chino. Este trabajo, financiado por el Instituto Nacional de Salud y desarrollado por la biotecnológica Moderna Therapeutics, emplea una tecnología conocida como ARN mensajero (ARNm), la cual copia el código genético del virus en lugar de transmitir una versión atenuada del mismo. Hasta la fecha, ninguna vacuna que emplee la fórmula ARNm ha sido aprobada para su uso en seres humanos.

Los datos preliminares de esta fase inicial de ensayos clínicos, en cualquier caso, han sido positivos, por lo que los investigadores han recibido permiso para continuar. En esta segunda etapa las pruebas se repetirán en una mayor muestra de sujetos, formada por varios cientos de personas, para observar su seguridad y efectividad y establecer un plan de vacuna. Esta será la última antes de una tercera y definitiva ronda de ensayos.

CINCO TÉCNICAS

El de CanSino y el EPL es solo uno de los nueve proyectos chinos en marcha. Estos estudios recurren a cinco técnicas diferentes, como vacunas inactivadas, de vector viral o genéticas, las cuales se encuentran en diferentes fases de desarrollo y emplean en total hasta 1.000 científicos. El Consejo de Estado ha anunciado esta mañana que otros dos compuestos iniciarán en los próximos días sus ensayos clínicos. Uno ha sido desarrollado por el Instituto de Productos Biológicos de Wuhan, bajo la dirección del Grupo Farmacéutico Nacional, y el otro por Sinovac Research and Development, una empresa radicada en Pekín. Ambas son vacunas inactivadas.

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Pero los esfuerzos no se limitan a Estados Unidos y China. Un artículo reciente publicado en la prestigiosa publicación Nature cifraba en 115 los proyectos en marcha a fecha de 8 de abril. De estos, 73 se encuentran en estado exploratorio o preclínico. Una mayoría, 56 (72%) están siendo desarrollados por entidades privadas, mientas que los 22 restantes (28%) responden a iniciativas de entidades académicas, sector público u ONGs.

El texto calificaba el impulso mundial en investigación frente al Covid-19 como “sin precedentes en tamaño y velocidad”, y estimaba que una vacuna podría estar lista para usos de emergencia a principios de 2021. Esto supondría un enorme adelanto con respecto al plazo de tiempo habitual para el desarrollo de inyectables, que suele llevar de media unos 10 años. Incluso durante la crisis del ébola fueron necesarios 5 años para que la primera vacuna estuviera disponible. El virus avanza, pero la ciencia también.