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Mundo, Colombia, Álvaro Uribe, Juicio por corrupción
Captura de video que muestra a la jueza Sandra Heredia (arriba), al abogado Jaime Granados (2d-abajo) y al expresidente colombiano Álvaro Uribe (2i-abajo), en la audiencia de este lunes, en Bogotá.EFE

Álvaro Uribe, declarado culpable, tras 13 años de proceso judicial

Juicio representa un hecho sin precedentes en la historia jurídica de Colombia. Se expone a pena de hasta 12 años de cárcel

Uno de los políticos más poderosos del siglo en Colombia, el expresidente derechista Álvaro Uribe, sostiene desde hace 13 años una batalla legal contra Iván Cepeda, el senador de izquierda que se propuso llevarlo ante los estrados judiciales por sus presuntos vínculos con paramilitares. El popular exmandatario de 73 años acaba de conocer este lunes 28 de julio de 2025 el veredicto de una jueza sobre un caso de manipulación de testigos que destapó Cepeda, su piedra en el zapato desde 2012.

“El primer soborno en actuación penal en cuanto a la materialidad de la conducta punible ha quedado acreditado”, dijo la jueza al evaluar los contactos del abogado Diego Cadena, que representó a Uribe, con el exparamilitar Juan Guillermo Monsalve, preso en una cárcel de Bogotá, para que éste no declarara sobre los supuestos vínculos del expresidente con esos grupos armados ilegales.

La lectura del veredicto se realizó este lunes a partir de las 8:30 a.m. (hora Colombia) ante la jueza Sandra Liliana Heredia, y representa un hecho sin precedentes en la historia jurídica de Colombia: es la primera vez que un expresidente enfrenta un juicio penal ordinario por cargos graves. En el inédito y muy politizado proceso contra el político de 73 años, que gobernó entre 2002 y 2010, desfilaron más de 90 testigos.

Entre ellos estaba Juan Guillermo Monsalve, un exparamilitar que asegura que el expresidente y su hermano Santiago participaron en los años 90 en la fundación de un bloque de escuadrones de ultraderecha que operaron, a veces con ayuda del Ejército, contra las guerrillas.

Todo empezó en 2012. Uribe demandó al senador izquierdista Iván Cepeda ante la corte suprema por un supuesto complot con testigos falsos para vincularlo con paramilitares. Pero en 2018, un bumerán judicial convirtió al exmandatario en el investigado por presuntamente forzar a paramilitares para atestiguar a su favor y desmarcarlo de la organización.

Defiende su inocencia

Tras 13 años de una novela judicial, en la que renunció al Congreso y fue detenido en prisión domiciliaria por algunos meses, Uribe conocerá su destino. Se expone a una pena de hasta 12 años de cárcel, según dijo al término del juicio el abogado de los demandantes.

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El exmandatario defiende su inocencia y asegura que es víctima de una “venganza” de la izquierda, de la extinta guerrilla FARC y el expresidente Juan Manuel Santos, su antiguo aliado convertido en enemigo.

Es una “persecución política”, dijo el viernes en un video que compartió en la red X.

La condena en contra de uno de los políticos más poderosos de Colombia, muy popular por su mano dura contra las guerrillas con apoyo de Estados Unidos, asestaría un duro golpe a la derecha conservadora de cara a las elecciones presidenciales de 2026. En la actualidad, Uribe es el jefe del Centro Democrático, el principal partido opositor al mandatario izquierdista Gustavo Petro.

A pocos días del fallo, aseguró que el presidente ha “presionado a la justicia” y sostuvo que si es condenado, Cepeda será el candidato de la izquierda el próximo año.

Petro pidió que todos los jueces del país actúen con “total imparcialidad, independencia y objetividad”.

Aunque sigue siendo popular, la imagen de Uribe se ha deteriorado por este y otros procesos judiciales en curso. Exparamilitares señalan a Uribe de conocer con anticipación de masacres perpetradas por estos escuadrones y del asesinato de un líder comunitario cuando fue gobernador del departamento de Antioquia a finales del siglo pasado. Uribe es amado y odiado por su guerra contra la insurgencia en medio de fuertes cuestionamientos por supuestos abusos a los derechos humanos.

Como mandatario, ordenó operativos militares que debilitaron a las FARC.

Cuando llegó a la presidencia esa guerrilla estaba fortalecida e iba ganando la partida en su intento de tomarse el poder mientras realizaba múltiples asesinatos y secuestros.

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