Elecciones. Alejandro Domínguez ocupaba el cargo interino en el organismo por Napout. Ayer en los sufragios fue respaldado.

El mito JJ se reedita con un coro junto a la tumba

A las diez y quince ya habían llegado todos los que tenían que llegar. Desde el amigo de barrio que lo conoció de cuando vivía en Villavicencio y Gómez Rendón, hasta el hombre con el que compartió unos tragos en una noche de la que no recuerda ni el año, menos la hora.

Hasta uno de sus compadres -Alfredo García- y el último de sus requintistas -Ney Moreira-. También estaban todos aquellos que cuando agarran un micrófono, la gente no reconoce si la voz sale de un disco de Julio o es la de uno de sus tantos imitadores.

Todos se juntaron entre las siete de la mañana y las dos de la tarde al pie del mausoleo en donde reposan los restos de quien es considerado el más grande de los artistas de Ecuador: Julio Jaramillo Laurido.

Habían llegado con ramos de flores y rosas, unos cuantos parlantes, además de guitarras y requintos. Era el homenaje que los seguidores del cantante guayaquileño le ofrecen cada año en el Cementerio General. Siempre en un día como el de ayer, cuando cumplía 38 años de su fallecimiento.

Los encargados de organizar este evento son los miembros del Club de Fans de Julio Jaramillo. Lo preside Allan Ramos, y se acompaña de una serie de seguidores, entre los que destacan cantantes como Johnny Delgado, Alonso Montero, Juan Busto...

A estos se sumó Juan José Jaramillo, hijo de Pepe Jaramillo, el hermano de Julio, quien interpretó los temas de su tío.

Hubo un momento de emotividad. A eso de las 10:20 apareció por uno de los pasillos aledaños a la puerta 13 del Cementerio Patrimonial, el músico Ney Moreira.

En el escenario Guillermo Albuja, una de las voces radiales muy cercanas a la historia de Julio Jaramillo, quien creó la famosa Hora JJ en Radio Cristal, pidió aplausos para quien fue uno de los requintistas que acompañó al cantante ecuatoriano en la grabación de varios de sus discos y que llegaba al lugar. Pronto se subió al escenario y acompañó a Hugo Almeida y a Juan José Jaramillo.

Como sucede cada vez que los ‘jaramillistas’ se citan en esta parte del cementerio, la música marca el paso de las horas. “Son más de cinco mil canciones. Hay de donde escoger”, recita Albuja por el altoparlante.

Se trata de temas que todos corean y hay momentos en el que es una sola voz. Desde ‘Cinco centavitos’, ‘Anhelos’, hasta ‘Azabache’ y hasta ‘Elsa’.

Es un coro que hasta el inglés Robert Snellgrove no se salva de seguir. “Él es un admirador de Julio”, dice su esposa, la ecuatoriana Monserrat Menoscal. “Hemos llegado de visita y quisimos venir a este homenaje. Nos parece bonito”.

La cita terminó pasado el mediodía, pero seguía luego de las dos, en la sede del Club de Fans, en Brasil y Los Ríos.

Turismo

No es fácil crear ruta

Aunque la ciudad tiene puntos vinculados con JJ, Gloria Gallardo, de la Empresa Pública Municipal de Turismo, considera que son muy lejanos -museo, cementerio y suburbio- para unirlos en una ruta similar a la de Carlos Gardel en Buenos Aires. Milton Sevilla, de la Aso. de Periodistas de Turismo, dice que el gremio inició hace 15 años, con varios actos, una campaña para rescatar la memoria histórica del artista. Hace poco solicitó al Min. Turismo que junto a la marca ‘Ecuador Ama la vida’ se agregue ‘La Tierra de Julio Jaramillo’.