Excursión. Estudiantes de nivelación de Turismo recorren el predio.

Un microbosque para hacer ecoturismo

Estatal de Milagro (Unemi) nació en 2002, cuando la institución académica suscribió un convenio con la prefectura del Guayas para la limpieza total de las 18 hectáreas de los predios universitarios.

Cinco hectáreas de terreno y más de 1.500 árboles sembrados hacen de este espacio el hábitat de varias especies de aves. El microbosque de la Universidad Estatal de Milagro (Unemi) nació en 2002, cuando la institución académica suscribió un convenio con la prefectura del Guayas para la limpieza total de las 18 hectáreas de los predios universitarios. Al ver el espacio amplio se pensó en una resiembra, y nació con ello el bosque artificial.

Así lo explica el exadministrador de la Unemi, Jesús Soriano.

“Artificial no porque sus plantas sean plásticas, o algo parecido, sino porque fue diseñado y se plantaron las especies una a una, con ayuda de empleados de la universidad”, dice este, quien aún jubilado sigue prestando atención a su obra.

La universidad está repartida en tres zonas: académica, deportiva y ecológica. Esta última compuesta por el bosque, que es atravesado por el estero Belín, y las lagunas donde se crían especies de peces.

Soriano fue el gestor de este proyecto, que buscaba tener para la comunidad un espacio que conjugue la naturaleza; y que se perfila, en estos tiempos, como un lugar donde se puede hacer ecoturismo aprovechando que la Estatal milagreña cuenta con dicha carrera en su malla universitaria.

El proyecto aún está en conversaciones, pero su noticia ha sido un aliciente para docentes del área que ven en ello un tema para animar a los estudiantes a que empiecen a crear proyectos turísticos a partir del bosque de su universidad.

En el sitio, los caminantes pueden apreciar distintas especies nativas de la zona: samanes, Fernán Sánchez, guachapelíes, algarrobos, guayacanes, pechiches, caobas, robles, amarillos, guasmos, tulipanes rojos, compoños, bambú, cedros, bototillos, beldacos, este último árbol casi extinto y desconocido en el sector por su explotación, por el valor curativo que tiene, explica a EXPRESO Julio Bermúdez, director de la carrera de Terapia Respiratoria.

Se puede hacer también aviturismo. Al sitio llegan horneros, chuques, martín pescador, garzas, tambuleras, marías, gallaretas, entre otras especies. KSG