Traslados. Darío Perdomo y Alejandra Valde abandonan su condominio en Miami, Florida, rumbo a un refugio, antes de la llegada de Irma.

Miami ordena su mayor exodo: 650.000 personas

Las predicciones apuntan a que estará en el ojo de Irma. Seis millones de personas, en peligro extremo. El huracán José sigue su ruta, con categoría 4.

Florida se prepara para una catástrofe de dimensiones incalculables. Irma, el mayor huracán de la historia del Atlántico, cruza desde el miércoles el Caribe arrasando las islas que se encuentra a su paso y sigue su trayectoria hacia la península de EE. UU., a donde se prevé que llegue el fin de semana, con Miami en el ojo de la tempestad. Las predicciones indican que será el lugar donde el impacto será mayor. Toda la franja del Miami metropolitano, una lengua urbana habitada por seis millones de personas que se extiende paralela al océano, se encuentra en peligro extremo. Las medidas de emergencia se redoblan a un ritmo agónico. La categoría de Irma bajó ayer de fuerza 5 a 4, aún extremadamente grave y con vientos de 240 kilómetros por hora. El jefe de la Agencia Federal para la Gestión de Emergencias (FEMA) declaró que Irma “va a devastar Estados Unidos”. “Partes de Florida estarán sin luz días, si no más”.

El condado de Miami-Dade (2’700.000 habitantes) ordenó el miércoles por la tarde la evacuación de las áreas urbanas costeras y el jueves por la noche amplió la orden a zonas interiores, aumentando así a 650.000 el número de individuos que deben huir de sus casas. A esas horas ya era la mayor operación de esta clase de la historia de Florida. “Llevo 60 años aquí y nunca había visto nada parecido”, dijo el consternado alcalde Carlos Giménez, un tipo curtido en mil batallas como exjefe de bomberos de Miami.

Según el Miami Herald, en el peor de los escenarios en Florida podría haber inundaciones de entre un metro y medio y tres metros de altura sobre el suelo, cubriendo hasta el techo casas de una sola planta.

Aunque las cifran varían según la fuente, Irma ha dejado al menos 20 muertos y decenas de heridos en un reguero de islas caribeñas y ni siquiera ha impactado de lleno contra ningún territorio grande. A Puerto Rico, solo con rozarlo, lo dejó con tres cuartas partes del territorio sin energía eléctrica y tres fallecidos.

Santo Domingo y Haití se han visto afectados, y eso que Irma pasó bastante lejos de ellos. Cuba y Bahamas recibían ayer fuertes coletazos.

Los modelos de predicción apuntan a que Florida será el destino del impacto total del huracán, la tierra contra la que se vaya de frente esta tarde entrando por los Cayos (evacuados el miércoles) y envolviendo mañana toda la costa este de la península.

La Casa Blanca y todo el país viven en vilo la evolución de Irma, traumatizados aún por las catastróficas inundaciones que provocó la semana pasada en Texas el huracán Harvey.

En Florida, concretamente en Miami, el gran temor es el agua. Es un territorio a ras de mar y cada año que pasa, con el nivel del océano subiendo lento pero sin pausa, es más proclive a las inundaciones.

Las autoridades tienen en marcha un formidable despliegue de recursos federales, estatales y locales para auxiliar a la población, desde albergues del sur al norte de Florida hasta 7.000 rescatistas de la Guardia Nacional listos para actuar desde ayer, además de un centenar de helicópteros de emergencias. Aerolíneas como American o Delta aumentaron su frecuencia de vuelos y plazas en Florida para facilitar la evacuación antes de que cierren los aeropuertos. Siete ciudades del entorno del lago Okechobee también tienen orden de evacuación.

Según estimaciones de analistas de desastres, los costes de Irma en Florida podrían pasar de los $ 200.000 millones, más que el huracán Katrina. El agua y los vientos podrían machacar áreas con enorme concentración de riqueza como Miami, Fort Lauderdale o West Palm Beach, donde está la mansión Mar-a-Lago de Trump.

Y por la ruta de Irma continuaba el huracán José, que ayer alcanzó la categoría 4 con vientos de 240 km/h. También en el Atlántico, Katia siguió fortaleciéndose, pasando a categoría 2 y orientándose hacia México.