Con Mexico en el corazon

“En un instante, las seguridades se trituran. Un paisaje inexorable desplaza al anterior. Cascajo, mares de cascajo, varillas, la desolación es el mar de objetos sin sentido, de edificios como grandes bestias heridas o moribundas. El llanto desplaza a la incomprensión. El azoro anula el llanto. En los rostros lívidos las preguntas se disuelven informuladas. El dolor asimila el pasmo. El pasmo interioriza el sentido de la tragedia”.

El 19 de septiembre de 1985 el pánico del terremoto y su dolor que quema, sacó del armario académico el concepto de sociedad civil para intentar dar nombre a la extraordinaria fuerza de solidaridad y de autogestión incondicionales que se apoderaron de la gente del entonces DF y que rompió con los límites estrechos del individualismo y de la autoconservación, como consignó en su crónica de esa tragedia Carlos Monsiváis. El “corpus” social de la Ciudad de México se transformó, recuerda Raymundo Riva Palacio.

Otra vez, entre el horror y el miedo, este 19 de septiembre de 2017, volvieron a salir los héroes anónimos y espontáneos, para ayudar a mover ruinas, dar comida y bebida a los trabajadores incansables empeñados en rescatar contra reloj sobrevivientes enterrados en los edificios caídos, acoger a los que se quedaron de un momento a otro sin nada y hasta servir de semáforos ambulantes.

“La tragedia mostró, una vez más, que lo mejor de este lugar son sus ciudadanos”, responde Jorge Zepeda Patterson a la vieja pregunta que ha acompañado el explosivo desarrollo de “La región más transparente” desde los lejanos años cuarenta del siglo pasado: ¿quiénes somos? ¿Por qué estamos aquí?

Si el 19 de septiembre de 1985 fue la aparición de la sociedad civil mexicana, este igualmente trágico 19 de septiembre debe significar un renacer para México. Pese al narcotráfico, a la crisis económica, al hostigamiento de Trump y su muro, como en los grandes momentos de su historia, México, por la solidaridad de sus habitantes y el ánimo que los caracteriza debe dar paso a una transformación social que no solo restaure lo perdido.