Dificultades. El control de los metropolitanos no resulta suficiente.

Hasta los metropolitanos corren peligro en el tramo informal de la calle Alcedo

Los sellos de clausura se exhiben en más de veinte locales de la calle Alcedo, desde Pedro Moncayo hasta 6 de Marzo.

Los sellos de clausura se exhiben en más de veinte locales de la calle Alcedo, desde Pedro Moncayo hasta 6 de Marzo.

Los negocios a lo largo de las tres cuadras fueron clausurados por el Municipio de Guayaquil, luego de que elementos de la Policía Metropolitana descubrieran que en esos locales se comercializaban artículos de dudosa procedencia.

¿Por cuánto tiempo permanecerán cerrados? El comandante de la Policía Metropolitana, coronel Roberto Viteri, reconoce que quizá sea por escaso tiempo.

A los supuestos comerciantes les bastará firmar una carta de compromiso, en el sentido de que no volverán a cometer ese delito. Pero a los pocos meses se ‘olvidan’ del acuerdo, obligando a los municipales retomar la inspección de los establecimientos.

Para Viteri, la solución está en la clausura definitiva de estos negocios ilegales y la detención de los presuntos vendedores. Pero aquello no es competencia del Municipio.

En su lugar es necesaria la intervención de la Policía Nacional. Pero son esporádicos los patrullajes, a pesar que a pocas cuadras hay dos retenes.

Un equipo de Diario EXPRESO recorrió el sector para verificar la jornada diaria de los metropolitanos.

Los uniformados obligan a los vendedores ambulantes y vagabundos a retirar la ‘mercadería’ que ofrecen en las veredas, que generalmente son de artículos vetustos, dañados y antihigiénicos.

También están los drogadictos, a quienes poco o nada les importa que los vean consumiendo sustancias psicotrópicas, aunque en ocasiones se tornan agresivos con algún transeúnte curioso.

En el sector todos conocen que un inmueble es utilizado para expender y consumir drogas, incluso la Policía Nacional ha efectuado operativos. Pese a ello se mantiene la rutina.

El conjunto de elementos negativos hace que esas tres cuadras sean consideradas como peligrosas. Las víctimas en ocasiones son hasta los mismos metropolitanos, cuyos agresores aprovechan que los uniformados no portan ni un tolete.

Viteri comentó que siete municipales han sufrido agresiones en los últimos seis meses, como cortes en las manos y golpes en el rostro. Pero no tienen cómo defenderse.

JPZ