Proceso. Lionel Messi (derecha) declaró que no sabía nada sobre el fraude fiscal, porque confiaba plenamente en su padre y en los abogados que manejaban los contratos.

Messi vive un tormento deportivo y legal

Su padre saltó como objetivo de las nuevas acusaciones, Lionel Messi.

Las horas pasan lento para Lionel Messi. No se halla. No está feliz. Su entorno está más complicado que nunca y como rara vez en su vida, pocos quisieran estar en su lugar. Hace menos de dos días tuvo que lanzar todo el peso legal a su padre, Jorge, por un presunto fraude de 4,72 millones de dólares al fisco español entre 2007 y 2009, relacionado con sus derechos de imagen.

Si bien su padre saltó como objetivo de las nuevas acusaciones, Lionel Messi aún no puede olvidarse de todo ese caso. Nuevas citas, declaraciones y audiencias formarán parte de su agenda de vacaciones.

Y por ahora no puede refugiarse en el fútbol. Allí también siente que todo está difícil.

Por un lado, está lesionado. Por el otro, desde Argentina le exigen para que dé una vez por todas consiga un título con la selección mayor. Son 23 años que el combinado de ese país no gana uno de los grandes.

Lejos de ser una ayuda, los subcampeonatos en la Copa del Mundo 2014 y la Copa América 2015 aumentaron la presión sobre la ‘Pulga’.

Pero, ni ha podido dedicarse de lleno a la recuperación del dolor que siente en la zona lumbar desde el viernes pasado, tras el golpe que sufrió ante Honduras, en un amistoso.

Ni siquiera ha podido estar con sus compañeros en la concentración. Durante la semana tuvo que viajar a España para declarar en el proceso legal. Ese viaje de más de ocho horas afectó, aún más, su lesión.

Él se sumó ayer al equipo, tras un vuelo de regreso igual de complicado para su dolencia. “Si sigo así no llego al debut”, dijo Messi, según la prensa argentina. Y el cuerpo técnico lo sabe. Por ello, ya preparó un equipo sin el jugador del Barcelona en el once inicial.

El problema, no menor, es que el rival para el debut del lunes es Chile, el actual campeón de América. Hay una revancha pendiente por la final jugada el año pasado y por ahora, ni el mismo Messi sabe si jugará.