Comercio. Los vendedores llegan desde muy temprano a la calle Costanera para comercializar sus productos.

Un mercado informal divide a vecinos de Mucho Lote 2

Hay quienes resaltan la cercanía y lo barato de los productos. Pero otros critican la basura que deja, el mal olor y el desorden de tránsito que causa.

La lluvia mañanera del martes había ahuyentado a la mayoría de vendedores, menos a Gema Andrade, a quien el clima favorecía. Las frutas y legumbres que expende en la calle Costanera, la primera entrada al programa habitacional Mucho Lote 2, se conservaban más frescas y frías.

A su alrededor se evidenciaban los motivos por los que algunos vecinos se quejan de este mercado informal, aunque hay otros que lo defienden.

La razón principal es precisamente el mercado al aire libre que se arma en ese callejón desde hace más o menos un año, desde muy temprano hasta las 12:00, y luego se replica en el mismo sitio de 16:00 a 22:00.

En la calle Costanera se percibe un fétido olor. Y no es por la mezcla de pollo, carnes, pescados y otros productos que se exhiben allí. “Los fines de semana llegan personas de la Sierra a vender verduras. Ellos ubican carpas en la vereda, donde duermen desde el viernes hasta el domingo, y como no tienen baño hacen sus necesidades allá atrás”, dice Gema señalando el ramal del río Daule colindante con la calle. “Eso es lo que huele mal. Y cuando hay sol es más fuerte. Por comerciantes como estos pagamos todos”, lamenta, aunque afirma que hay vendedores, como ella, que toman medidas de aseo.

El mercadillo lo forman camionetas, carretas y triciclos con todo tipo de productos. “Lo preocupante es que después de que terminan de vender, no recogen la basura y la dejan esparcida en todo el callejón”, se queja Yasmín Rosales, quien tiene un local de bebidas naturales cerca de la plaza. Eso sucede pese a que a pocos metros hay un centro de acopio de desechos.

Los comerciantes ya han sido desalojados por las autoridades más de una vez, pero regresan. “Esta es una zona residencial y hay que hacerla respetar como tal”, acota Rosales.

Por esa calle transitan los buses de la línea 124 y los autos de las 10.000 familias de las 11 etapas de Mucho Lote 2, como Salamanca, Villa España, Segovia, Victoria del Río, Marbella, Toledo y Paraíso del Río, lo que también se ha vuelto un problema, según moradores.

“El mercado provoca alto tráfico vehicular en las tardes, porque los autos se paran a comprar en plena calle”, dice otra vecina.

Algunos residentes creen que lo que ha atraído a los comerciantes es el terreno desocupado que limita con el Daule. “Decían que iban a construir un malecón, después que construirían más viviendas, pero aún no se construye nada. Eso ha servido de espacio para las carpas, que generan insalubridad. Hay mesas casi en media calle y cada vez hay más comerciantes”, sostiene Sofía Mera.

Pero también hay quienes sí están de acuerdo con el mercado y alegan que los productos los consiguen más económicos que en uno formal. “No me resulta una molestia. Al contrario, ahí compro los productos frescos y más baratos. Ese mercado le ha dado vida a la ciudadela”, afirma Ramiro Valdez.

Por ello, hay quienes creen que la solución es la creación de un mercado formal y organizado, que no obstruya el paso vehicular ni las veredas.

Transporte

Quejas por una línea de taxis

En ese mismo sector, alrededor de 12 furgonetas daban servicio de taxirrutas a residentes de las diferentes ciudadelas. Pero los conductores, quienes eran también moradores de Mucho Lote 2, fueron desalojados por las autoridades hace unos tres días. Este es otro punto que molesta a los vecinos. “Ahora solo debemos tomar los taxis que están al pie del supermercado, pero esos cobran $ 1,50 o $ 2. Las furgonetas que estaban en proceso de regulación cobraban 25 centavos”, comentó una de las moradoras.