Día del padre
El Día del Padre en Ecuador se celebra el tercer domingo de junio.Ilustración con IA - ChatGPT

“A mí no me dieron cariño, por eso yo sí lo doy”: memorias de papás que 'resolvieron'

Padres de distintas generaciones comparten momentos inolvidables de su paternidad: desde sustos hasta improvisaciones

Ser papá no es como en los comerciales: no todo es ternura y abrazos al atardecer. A veces también es cambiar un pañal explosivo en plena vía pública, improvisar cuentos a las tres de la madrugada o aprender a hacer una trenza mientras se llega tarde al trabajo. Para conocer esa versión real (y muchas veces caótica) de la paternidad, EXPRESO salió a la calle a hablar con padres de todas las edades, dispuestos a compartir sus historias, tropiezos y aprendizajes.

Entre anécdotas graciosas, confesiones sinceras y recuerdos que aún los hacen reír o llorar, encontramos una constante: la paternidad, con todos sus enredos, es una experiencia transformadora. Esteban revive el miedo paralizante de perder a su hijo en la playa; don Vicente recuerda cómo su infancia sin afecto lo impulsó a ser un padre cariñoso; Ramón rememora el susto que vivió cuando su hijo se perdió en pleno centro de la ciudad, y Jaime reflexiona sobre las diferencias entre ser un padre primerizo y uno más experimentado. Todas historias diferentes, unidas por la misma convicción: ser papá es caerse, levantarse… y seguir con amor.

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Entre anécdotas graciosas, confesiones sinceras y recuerdos que aún los hacen reír o llorar, encontramos una constante: la paternidad, con todos sus enredos, es una experiencia transformadora. Desde el primer "no sé qué hacer" hasta el momento en que sus hijos los llaman por primera vez "papá", todos coinciden en algo: nada los preparó del todo, pero no lo cambiarían por nada. Aquí, algunos de sus relatos más memorables.

Esteban Giovanni Belís Rivera, guayaquileño, padre de tres hijos (19, 22 y 25 años)

Esteban Belís, padre de familia.
Esteban Belís: una historia con un final feliz.CRISTOPHER BURGA

A Esteban Belís todavía se le acelera el corazón cuando recuerda aquella tarde de carnaval en la playa Villamil. Su hijo menor, que en ese entonces tenía apenas tres años, desapareció entre la multitud. “Estábamos distraídos y de pronto ya no lo vimos. Lo buscamos por media hora. Fue eterno”, cuenta.

El miedo fue tan grande que desde ese día nunca volvió a ir a la playa en feriado. “Estaba jugando con otros niños y una pelotita. Lo vi cuando ya me iba más hacia afuera. Sentí alivio… y un poco de terror por lo que mi esposa me iba a decir si no lo encontraba”, bromea. Aunque todo terminó bien, esa anécdota se quedó grabada como una de las más intensas de su paternidad.

Vicente Miguel Pazán Corrala, 81 años, padre de cinco hijos y abuelo de trece

Vicente Pazán, padre de familia.
Vicente Pazán: la verdad lo hace libre.CRISTOPHER BURGA

Con una sonrisa serena y la mirada de quien ha vivido muchas vidas en una, Vicente Pazán comparte su historia. Tiene 81 años, nació el 13 de noviembre de 1943, y dice con orgullo: “Tengo cinco hijos originales… y tres que andan por ahí, porque así es la vida”. Su hijo mayor tiene 50 años, y los demás, entre 31 y 42. También es abuelo de trece nietos y asegura que los quiere a todos por igual.

Una de las anécdotas que más lo marcó como padre ocurrió en la playa. “Con la mamá estábamos en Villamil, y de pronto uno de los niños desapareció. Levantaba la arena buscándolo... hasta que lo encontramos y lo abracé fuerte. Me di cuenta de cuánto los quería”. 

Pero más allá de los momentos difíciles, don Vicente rescata algo más profundo: “A mí no me dieron cariño, por eso yo sí doy. Yo aprendí a amar por medio de Dios. La fe es grande, pero el amor es más”. Y, como buen papá de corazón amplio, cerró su relato con unos versos cantados, arrancados de la nostalgia del barrio y de la vida.

Ramón Antonio Solórzano Delgado – Manabí, padre de tres hijos y abuelo

Ramón Solórzano, padre de familia.
Ramón Solórzano: anécdotas que se quedan siempre en la memoria.CRISTOPHER BURGA
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“Ser papá es lo más bello que le puede pasar a un ser humano”, dice Ramón Solórzano con el brillo en los ojos de quien habla desde la experiencia. Tiene tres hijos y un nieto, y aunque las travesuras y el caos también han formado parte del camino, guarda en la memoria un episodio que pasó del susto al recuerdo entrañable.

"Una vez se nos perdió mi hijo Anthony en plena 9 de Octubre. Tenía solo seis años. Lo buscamos desesperados hasta que lo vimos caminando por ahí, solito, buscando el camino de regreso". Esa escena le marcó para siempre, y ahora, entre risas, suele recordárselo a su hijo cada vez que le habla de "no escaparse".

Jaime Alarcón – Guayaquil, 42 años, padre de dos hijos (18 y 2 años)

Jaime Alarcon
Jaime Alarcon, aprendizajes que son parte del corazón.CRISTOPHER BURGA

Jaime no olvida lo distinto que ha sido ser papá por segunda vez. “Con el primero uno quiere hacer todo perfecto, todo controlado, pero luego entiendes que los niños son eso: niños, y aprendes con ellos”. Dice que la experiencia con su hijo menor ha sido más relajada, más consciente, aunque eso también ha generado alguna queja graciosa del mayor: “¿Y por qué conmigo eran más estrictos y ahora ya no?”. Para Jaime, cada día como padre es único. 

“A veces mi hijo se levantaba de pequeño y quería hacerme el desayuno… esos detalles me quedan en el alma”. No hay caos más dulce que el que llega entre cereal derramado y una sonrisa de amor puro.

Ser padre no es una tarea sencilla, pero sí una de las más significativas. En cada error, susto o travesura, hay aprendizaje, amor y una historia que se convierte en parte del corazón familiar. Las anécdotas que compartieron estos papás recuerdan que no hay paternidad perfecta, pero sí auténtica, llena de esfuerzos silenciosos, momentos caóticos y también de mucho humor. Porque al final del día, lo que queda no son los tropiezos, sino el amor con el que se intenta estar presente. Y en eso, muchos son los verdaderos héroes sin capa.

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