Vacunación en Fase 2
Decenas de personas forman una larga columna para recibir la vacuna en la Academia Naval Illinngworth,en el norte de Guayaquil, el jueves 8 de julio.Nelson Tubay

Para algunos médicos, Salud aleja de la fila a ciertos aspirantes a la vacuna

Doctores critican que no se inmunice a personas por presión alta o por haber tenido COVID-19 hasta tres meses antes. La entidad niega que sea norma

No todo es ausentismo por los mitos sobre las vacunas. Hay también personas que acuden a los centros de inmunización, hacen la fila, pero no logran su objetivo porque allí se lo impiden o les recomiendan no hacerlo.

Entre los casos más comunes están los de ciudadanos que al momento de tomarles los signos vitales presentan una presión alta. Y ahora también quienes están seguros o creen que pudieron tener COVID-19 hasta tres meses antes.

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La desinformación es aún el punto flaco de la vacunación

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Al término de la Fase I del Plan Nacional de Vacunación, el Ministerio de Salud Pública estimaba en un 75 % la cobertura de la población objetiva y atribuía el 25 % faltante a un ausentismo causado sobre todo por prejuicios y hasta campañas en redes contra la vacuna. Anunció que trabajaba en un plan de comunicación para desvirtuar esos prejuicios y animar a la población a vacunarse.

Pero hay médicos que consideran que, aparte de esas causas, existen personas que no se han vacunado más bien por los protocolos o instrucciones que da el Ministerio de Salud a los centros de inmunización.

Es más, al ser personas con comorbilidades como Hipertensión Arterial (presión alta) se pierde la oportunidad de vacunar justo a quien más lo necesita, lo que es un grave error.

Paola Santacruz

En una reciente publicación de este Diario, el jefe médico de una brigada rural decía que hay días en que encuentran dos, tres y hasta cinco personas con la presión alta y que por ello no las podían inmunizar.

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También ocurre en la zona urbana. Guillermo S. (quien prefirió no dar su nombre completo porque le falta la segunda dosis) acudió el jueves pasado al centro ubicado en Gómez Rendón y la 11, en Guayaquil, y relata que luego de tomarle los signos vitales se negaban a vacunarlo por su presión alta. “Me quedé y les dije que de allí no me iba sin vacunarme”.

“El ACIP (Advisory Committee on Immunization Practices), el comité de expertos en vacunación del CDC de Estadoa Unidos, dice que no se deben tomar los signos vitales, pues es una barrera contra la inmunización”, expresa la doctora y Máster en Salud Pública, Paola Santacruz Ortega.

“Es más, al ser personas con comorbilidades como Hipertensión Arterial (presión alta) se pierde la oportunidad de vacunar justo a quien más lo necesita, lo que es un grave error”, agrega la investigadora.

“La presión alta no es contraindicación para recibir la vacuna, al contrario. Lo que sí debe existir es un punto para la toma de presión de manera voluntaria”, coincide la doctora y salubrista Catalina Yépez.

Pese a estos casos citados, Salud dice que no hay ningún lineamiento ni disposición o contraindicación para la vacuna. “La pueden tener todas las personas que aceptan ponérsela. No tomamos signos antes de la vacunación”, afirma Francisco Pérez, subsecretario de Vigilancia Epidemiológica.

Dice que solo hay un área de observación posterior y un médico para atender posibles reacciones. “Pero no es que le dicen a la persona ‘usted no se puede vacunar hoy’. Y si ocurre es esporádico de alguna persona que todavía no entiende los procesos de vacunación”, acota.

Al respecto, en un centro de vacunación de Guayaquil dijeron que los signos vitales y el no vacunar a personas con presión alta se indicó en la Fase 1, que estuvo dirigida a los mayores de 65 años de edad.

No es que le dicen a la persona 'usted no se puede vacunar hoy'. Y si ocurre, es esporádico de alguna persona que todavía no entiende los procesos de vacunación.

Francisco Pérez

Pérez reconoce que eso se decía antes. “Más bien es todo lo contrario, las personas que tienen hipertensión arterial tienen que vacunarse porque es un agravante para COVID-19. De modo que no hay razones para impedirles la vacunación”.

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Pero sí hay otras ‘razones’. El jueves, en el centro ubicado en la Academia Illingworth, cada cierto tiempo un funcionario se acercaba a la columna de aspirantes a la primera dosis y les advertía que quienes habían tenido COVID-19 entre uno y tres meses antes, no debían vacunarse. Que debían esperar otro mes. Como resultado, dos o tres personas dejaban la fila.

Santacruz cita al respecto que el CDC recomienda que sean 10 a 20 días después del inicio de los síntomas, siempre y cuando la persona esté afebril por lo menos por 24 horas. Y esperar 90 días si recibió tratamiento con plasma o en algunos otros casos específicos.

Otros médicos coinciden en que vacunarse uno o dos meses después no está contraindicado. Atribuyen esa instrucción quizás a la necesidad de priorizar a quienes aún no han sufrido la enfermedad y por lo tanto no tienen anticuerpos.

PrioridadLos médicos consultados insisten en la necesidad de una campaña nacional  de comunicación que combata la desinformación sobre las vacunas y sus efectos.