Matias Oyola: “La estrella 15 no ha sido casualidad”
El capitán de Barcelona Matías Oyola le contó a EXPRESO sus años más duros con la divisa amarilla, su deseo de retirarse en el Ídolo, el anhelo de una Copa Libertadores y sueña con llegar a Rusia 2018 con la Tricolor.
Es el primero en llegar a la práctica y el último en irse del Monumental. El capitán de Barcelona Matías Oyola le contó a EXPRESO sus años más duros con la divisa amarilla, su deseo de retirarse en el Ídolo, el anhelo de una Copa Libertadores y sueña con llegar a Rusia 2018 con la Tricolor.
Llegó en un momento difícil del club, ¿qué le motivó a quedarse?
Me he encariñado mucho con el club. Aquí se vive con mucha tranquilidad. En los siete años no he tenido ningún problema de seguridad, como en Argentina, que pasan a cada rato. Además, siempre encontré gente muy respetuosa.
¿Qué otros equipos estaban interesados en ficharlo antes de llegar a Barcelona?
Venía de un buen año en Colón, pero tenía que volver a Independiente y sabía que quizás no iba a tener mucho lugar allí. Me quería quedar en Colón, había un grupo maravilloso, iba a seguir jugando y estaba todo para quedarme. Gimnasia de Jujuy también hizo una propuesta, pero surgió lo de Barcelona.
¿Conocía algo de Barcelona?
Tenía algo de miedo. Dónde voy, no me perderé, en Colón ya había hecho un nombre e irme a otro lado, me llenaba de incertidumbre. Leo Rodríguez me dijo, ‘Mati, te vas al club más grande del país, incluso está Marcelo Delgado’ y con todo lo que significa él, imaginé que es un club de primer nivel. Empecé a meterme a internet, ver el estadio lleno con 70 mil, 80 mil, se me ponía la piel de gallina nada más de verlo. Eso te seduce.
¿Algún club nacional intentó contratarlo?
Luis Zubeldía, quien fue uno de los mejores o el mejor DT que he tenido, me preguntó si quería ir a Liga de Quito, y luego cuando se fue a Racing. Siempre le agradezco eso, pero no tengo la necesidad de irme a otro club, estoy muy cómodo en Barcelona.
¿El año más duro en Barcelona?
El 2009 por lo deportivo y el 2015 por todo el contexto extradeportivo. En 2015 lo económico afectó no solo a los futbolistas, también a personas que no se las ve pero son importantes.
¿El mejor año?
El 2012 y 2016. Dentro de lo institucional, en 2016 hay un poco más de tranquilidad y orden, pero el 2012 fue maravilloso, porque había tantos años de espera y ser del grupo de esos jugadores que cortamos esa sequía fue algo grande.
¿El gol de tiro libre a Emelec o a Mushuc Runa?
Me voy con el del Clásico, por todo el contexto. Hace 8 meses que no era titular, había esa duda de que quizás no iba a estar de la mejor manera, al mismo tiempo era un hermoso desafío, quería demostrar que tenía cosas para dar al club, aparte el rival hizo que la victoria sea más importante. Siempre tener un rival de categoría como Emelec, superarlo como lo hicimos , después de que ellos nos ganaron tres días antes, y hacer un gol fue muy motivante. Además porque se cuestionaba a Guillermo (Almada) y a nosotros.
¿Cuándo se convencieron de que iban a ser campeones?
Nunca nos hemos creído. Sinceramente hasta con Mushuc Runa teníamos ese miedo de que las cosas no salgan, por eso entramos al partido con todo. Eso fue lo bueno y por eso tenemos 98 puntos, porque nunca nos relajamos y jugamos hasta el último partido con la misma intensidad que todos.
El camerino tras el último Clásico del Astillero.
Uno no estaba bien porque nosotros queríamos ganarlo. Ninguno pensaba en ese resultado. Todos pensábamos que iba a ser una fiesta con la gente. Nosotros queríamos ganar y salir campeón lo antes posible. Entramos con las ganas y se habló de no confiarnos, pero el rival juega y demostraron que son un gran rival. Que nos haya ganado realza nuestra campaña, que tuvo un competidor como Emelec, que fue tricampeón, que tiene un excelente equipo y les ganamos en su casa y también 5-0. Eso hace que nuestro campeonato sea aún mejor.
El camerino en el Capwell, después el 1-0.
Ganar un Clásico es algo indescriptible. Si ganaban ellos se acercaban, el golpe anímico iba a ser duro, era su primer Clásico con estadio remodelado. El ir, hacernos fuertes y plantar la bandera fue algo maravilloso. Hubo vídeos de esa alegría que sentimos en el camerino.
Su rol en el vestuario torero.
A mí no me gusta exteriorizar mucho. Fuera del ámbito deportivo soy algo vergonzoso. Dentro del camerino como el capitán hay que mostrar tenacidad, compromiso y profesionalismo. Más allá de lo que uno pueda decir o arengar, lo que un capitán debe mostrar son con actitudes y hechos. El hecho de llegar temprano, entrenar al 100, en los partidos estar de cabeza, eso contagia. También mostrar fortaleza cuando algo va mal, y no exceso de confianza cuando las cosas van bien, todas esas cosas más que virtudes, son obligaciones.
La selección ecuatoriana.
Fue la frutilla al postre. En lo individual, mi mejor año sin duda. En 2012 fui campeón pero este año tiene ese aliciente de la selección que fue un sueño que me planteé desde que me nacionalicé. Siempre lo busqué y llegar en este año que se logra el campeonato, fue maravilloso.
Se dicen muchas cosas de la interna de la Tricolor
Cuando uno no está dentro escucha millones de cosas y llegué en un momento que se criticaba al cuerpo técnico, a los jugadores de que eran conflictivos. Aunque uno va con las ganas y sonrisa de estar allí, también va con la idea de con qué se va a encontrar. El cuerpo técnico maravilloso, trabaja de manera espectacular, se ven los resultados porque trabajan muy bien, están en todos los detalles, no solo con los jugadores de la selección sino del rival. El grupo de jugadores, compartí con excelentes personas hasta el punto de sentirme como si hubiera estado desde hace tiempo con ellos.
La renovación con Barcelona.
Siempre mi política ante eso es la misma. Me encantaría un contrato de 20 años y retirarme acá, pero esas cosas no pasan en Sudamérica. Aquí, los contratos se definen días antes. Y me parece bueno, porque es algo que te obliga a rendir al máximo. La renovación llegará en su determinado momento, a finales de 2017 y sustentada con los buenos rendimientos.
¿Alguna lesión lo desmotivó al punto de pensar en retirarse?
Jamás. Mi esposa en mis lesiones me dice ‘cómo estás bien si vas a estar ocho meses parado’, pero lo tomo como algo pasajero. Yo me rompí la cápsula (en la rodilla) y sabía que debía operarme. Obviamente en el momento uno se pone triste, pero eso no puede durar 3 o 4 meses. Las lesiones son cosas del fútbol, son tediosas, a veces te quieres matar, pero hay que tomarlas con naturalidad.
¿Qué sueño falta por cumplir?
Me encantaría seguir siendo parte de la selección nacional, ya estuve ahí y no quiero dejar de vivirlo. ¿Por qué no ilusionarme con un Mundial? Con Barcelona lograr algo internacional sería maravilloso, más allá de buscar un bicampeonato. Si un club ordenado como Independiente pudo llegar a la final de Copa Libertadores, nosotros que también vamos por esa senda, podemos conseguirlo. Hay que hacer mucho hincapié en que se puede lograr.