Géneros. Un grupo mixto de  alumnos toca una canción en ritmo de rock.

Marcha, rock y sinfonia en una banda

La del colegio San José La Salle es una de las pocas grandes ‘bandas de guerra’ que quedan en Guayaquil. Se distingue por la variedad de los géneros que toca.

Los desfiles estudiantiles de Guayaquil extrañan a las grandes ‘bandas de guerra’, de numerosos integrantes e instrumentos, que caracterizaban a los colegios tradicionales como el Vicente Rocafuerte, Aguirre Abad, Huancavilca, entre otros.

Primero, la conversión de estas en pequeñas ‘bandas de paz’, y luego, su recurrente ausencia en los programas organizados por el Municipio porteño, decidida en el Gobierno anterior, las fueron reduciendo, cuando no desapareciendo.

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De allí que en los desfiles actuales sorprende ver el paso de una banda colegial de más de 60 músicos, que cubre casi una cuadra de extensión. Y sorprende también saber que los mismos chicos que tocan esos ritmos marciales, interpretan por igual una cumbia, un pasacalle, un rock o una sinfonía.

Así se evidencia en sus presentaciones o en sus ensayos. Una resonante marcha militar, que mezcla trompetas, trombones, tubas, baterías y tambores, invade el salón de canto de la Unidad Educativa San José La Salle y traspasa sus paredes. Pero de inmediato le sigue una de las sinfonías más universales: El Canto de la Alegría.

Son los estudiantes de entre 12 y 17 años que conforman la Banda Musical La Salle.

“La banda del colegio nació en los años 40, cuando los hermanos de La Salle decidieron formar una orquesta para rendir homenaje a Guayaquil. Se ha venido renovando. Ahora tiene 61 miembros músicos que son todos estudiantes del plantel y, a diferencia de antes, las personas no solo pueden apreciar ahora en ella las marchas militares, sino otros ritmos de contexto nacional, canciones populares, rock, baladas, etc.”, cuenta Miguel Jaramillo, director de la parte logística de la orquesta y profesor del colegio.

Es una de las más grandes de Guayaquil, aunque en los 70 llegó a tener 200 integrantes.

Los chicos manejan los instrumentos, leen música, aplican complicadas técnicas de respiración y dejan lo mejor de sí en cada presentación. Ensayan de lunes a sábados dos horas al día y en los recreos.

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“Aquí crecemos como instrumentistas y nos distraemos bastante con los ensayos. La música es parte de nuestro colegio y con ella podemos expresarnos de una buena forma”, dice Juan Lucas, de 15 años, quien toca guitarra eléctrica.

Los aspirantes son escogidos por los docentes en las clases artísticas, donde deben demostrar sus habilidades.

Detrás de sus presentaciones hay un grupo de adultos que coordina, les enseña, maneja su agenda y cuida. Entre ellos el rector de la institución, quien encabeza el proyecto musical; dos directores de canto; el director de logística; el representante de las relaciones públicas; un coordinador de eventos, además del comité de padres de familia de la banda.

Aparte de las presentaciones en el plantel, en eventos cívicos, culturales y deportivos, esta agrupación de colores verde y blanco constantemente recibe invitaciones para tocar en los desfiles de otras ciudades.

Y su agenda permanece llena. Por ejemplo, su última presentación fue ayer, 23 de noviembre, en un evento del colegio. El 30 desfilarán en el recorrido de globos gigantes de Guayaquil; el próximo 6 de diciembre estarán en un festival de villancicos en Salinas; el 18 de diciembre, en Riobamba, en otro festival navideño; y en enero, en La Salle de Ambato, por sus jornadas deportivas.

En 2020 aspiran a participar en un concurso intercolegial mundial de bandas musicales que se desarrollará en Bogotá, Colombia, en septiembre.

“Queremos que la banda de nuestros chicos participe, por eso estamos haciendo una serie de actividades como bingos y rifas para recaudar fondos”, detalló Mery Guerrero, vicepresidenta del comité de padres.

Es tanto su alcance y acogida que sus dirigentes han planificado tres proyectos en los que ya trabajan: fortalecer la banda de paz; formar una agrupación con los mismos integrantes y agregarles instrumentos electrónicos y de percusión; y el más ambicioso: conformar La Orquesta Sinfónica La Salle.

“Es una banda que toca géneros variados y a la que le ponemos mucho empeño, los gastos de transporte, instrumentos y el mantenimiento salen del colegio, esta es una buena inversión que hacemos para el aporte cultural”, expresa el hno. Richard Manosalvas, rector del plantel. Él es quien encabeza estos proyectos, que al igual que la música de la banda, suenan muy bien.