Enfrentamientos. Un nuevo reclamo se incorporó ayer a las protestas, el rechazo a la Asamblea Constituyente.

La maniobra constitucional de Maduro agudiza la crisis

Caracas amaneció ayer con las vías obstaculizadas, horas después de que el régimen de Nicolás Maduro convocara a una Asamblea Nacional Constituyente para redactar una Constitución a la medida de su gobierno.

Caracas amaneció ayer con las vías obstaculizadas, horas después de que el régimen de Nicolás Maduro convocara a una Asamblea Nacional Constituyente para redactar una Constitución a la medida de su gobierno.

Cacerolas, bocinas y cornetas sonaron temprano en Caracas, donde grupos de personas bloquearon con basura, motos y troncos algunas calles. En La Urbina hubo un confuso tiroteo, luego de que militares dispersaron una protesta con bombas lacrimógenas.

“Esa Constituyente que anuncia Maduro es una manipulación para huir de elecciones”, dijo Raúl Hernández, un universitario de 22 años, que bloqueaba con un centenar de personas la avenida Francisco de Miranda, de Caracas.

Ante este nuevo escenario, la oposición rearma su estrategia: el Parlamento, único poder que controla, discute esta tarde los alcances de la decisión y acciones para aumentar la presión internacional contra el gobierno y convocó a una “megamarcha” para hoy.

“Lo que pretende Maduro es concentrar el poder” y “aniquilar las elecciones democráticas”, dijo en la sesión el jefe legislativo, Julio Borges.

El líder opositor, Henrique Capriles, y otros dirigentes llamaron a seguir en la calle. “Con su anuncio, Maduro consolida un golpe de Estado”.

Acosado tras un mes de marchas que exigían su salida del poder a través de elecciones generales, Maduro dio el lunes un giro a la crisis al convocar a una “Constituyente popular”, cuyos 500 asambleístas no serán elegidos por voto universal, sino por sectores sociales y por comunidades.

“Es una medida desesperada de un gobierno que sabe que no puede llamar a elecciones porque va a perder y recurre a la polarización”, dijo el analista Diego Moya-Ocampos, del IHS Markit Country Risk de Londres, al recordar que el 70 % de venezolanos rechazan la gestión de Maduro, según sondeos.

En concordancia con esa opinión, la Asamblea Nacional aprobó ayer en sesión ordinaria el Proyecto de Acuerdo en rechazo a la convocatoria de una Asamblea Nacional Constituyente, anunciada por el presidente Maduro.

Este anuncio hace temer mayor convulsión social. Veintinueve personas murieron en violentos hechos vinculados a las protestas que estallaron el 1 de abril, luego de que el máximo tribunal de justicia tomara temporalmente las funciones del Parlamento.

Por los “caídos” en las protestas antigubernamentales, los futbolistas guardaron un minuto de silencio en la última jornada de liga en Venezuela, demostración que no tuvo “ninguna inclinación política”, dijo el presidente de la asociación de jugadores, Juan García.

En ese ambiente polarizado, la Comisión de Estados Latinoamericanos y del Caribe (Celac) se reunió ayer en El Salvador, pero la ausencia de siete países impidió una declaración sobre la situación de Venezuela.

El cónclave, convocado a petición de Venezuela, fue inaugurado por el presidente salvadoreño, Salvador Sánchez , que al inicio de su discurso envió un “saludo fraterno” al gobierno “legítimamente electo” y “comprometido con la democracia” del presidente Maduro.

Desde Estados Unidos, el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, dijo que la propuesta del gobierno de Venezuela es “fraudulenta” porque “es el pueblo exclusivamente el único que cuenta con poder constituyente”.

La asamblea constituyente

Reforma de la Carta Magna

La Asamblea Constituyente convocada por el presidente Nicolás Maduro busca crear “condiciones” para los procesos electorales que están en camino en Venezuela, incluidas las presidenciales del 2018, según el oficialismo.

La Constitución venezolana permite al presidente de la República convocar una Asamblea Constituyente.

Una vez elegidos los constituyentes, en este caso de manera indirecta y corporativa (500 delegados), estos deben redactar una nueva Carta Magna que no podrá ser objetada y que derivará en comicios generales para reemplazar todos los cargos de elección popular. Todavía no se sabe quiénes podrán presentarse como candidatos a delegados ni si se celebrará un referéndum para aprobar la nueva Constitución. Tampoco se ha explicado cuáles serían las reformas, aunque se fijó nueve temas para los debates.

Reacciones

Brasil

“Es un golpe de Estado”

El Gobierno de Brasil dijo ayer que el plan para convocar a una Asamblea Constituyente es un “golpe de Estado” para cambiar las reglas políticas de ese país a su conveniencia. “Es una violación de la Constitución”, sostuvo el ministro de Relaciones Exteriores, Aloysio Nunes, en un comunicado publicado en Facebook.

Estados Unidos

“Cambiar las reglas”

Estados Unidos acusó ayer a Maduro de tratar de “cambiar las reglas del juego, sabe que su control del poder se le está escabullendo,” y para asegurarse el poder con la convocatoria de una Asamblea Constituyente, y advirtió de que podría estudiar nuevas sanciones a funcionarios venezolanos a raíz de ese “paso atrás”.

Argentina

“Empeorará la situación”

La canciller Susana Malcorra consideró que la convocatoria del presidente Maduro empeorará la crisis política en ese país, es como “echar nafta (gasolina) al fuego”, informaron fuentes oficiales. ”Creemos que tienen que ir a un esquema de elecciones en el que gane aquel que el pueblo decide que gane”, apuntó.

Chile

“La crisis se ha agravado”

El ministro de Relaciones Exteriores de Chile, Heraldo Muñoz, dijo ayer que la situación que está viviendo Venezuela se “ha agravado” y es cada vez “más compleja”. Y agregó que dicha situación implicaría la “disolución de la Asamblea Nacional que fue elegida por el pueblo venezolano a través de las urnas”