El irrespeto a nuestros símbolos patrios es tal que caminaba por una de las calles principales de la urbe y me sorprendió ver un vehículo station wagon con publicidad, entre ellas una pancarta y stickers de la bandera tricolor, escudo y banda presidencial, pegados sobre el guardachoque y que merecen todo el respeto ciudadano. Pero, en los laterales y sobre el capote y techo del vehículo habían stickers y un sinnúmero de palabras vulgares alusivas a los enemigos políticos.

El Ejército y la Policía están en la obligación de hacer respetar y despegar estas publicidades con palabrotas alusivas a los símbolos patrios, y castigar con cárcel a estos irrespetuosos ciudadanos.

Héctor García Rivera