Los malos actores que como politicos permitieron la corrupcion
En toda designación, auspicio, imposición, existe siempre un responsable. Esta persona responsable debe asumir todas consecuencias de sus designaciones.
En el Ecuador todos conocemos cómo se manejaron los concursos de merecimientos, quién auspiciaba los candidatos y quién se complacía en esas designaciones, producto de su voluntad. Hoy, se pone en evidencia, en parte por los suaves vientos de libertad que empiezan a recorrer el país, que se colocó en puestos claves a personas con poco o ningún mérito, en algunos casos, de una mediocridad supina. Tenemos casos muy claros: Entre otros, un superintendente de Comunicación cuyo único mérito era tener el “favor” de una dirigente política de PAIS, que durante su período no ha mostrado para nada la racionalidad y el análisis que su puesto exige.
Miembros del Consejo de Participación Ciudadana y Control Social, que exhibían como antecedentes la hermandad con una persona que actuó como “revolucionario” y casado con una fanática del auspiciador.
Un fiscal que exhibe grabaciones sin cumplir los requisitos legales ineludibles antes de ponerlos en conocimiento del público.
Un excontralor, cuya principal actuación consistió en chantajear y “vender” informes de Contraloría.
Qué barbaridad, a los malos actores, si actuaron como políticos, y permitieron o participaron de la corrupción, hay que condenarlos, a la cárcel y al olvido.
Ing. José M. Jalil Haas