
Los maestros aducen que la lectura no debe ser impuesta
El Plan Lector anunciado por el Ministerio de Educación, mediante el cual el maestro fiscal deberá leer por lo menos un libro al mes, es visto por los docentes como una iniciativa positiva para crear el hábito de lectura y mejorar la creatividad de ellos y la de sus estudiantes; no obstante, consideran que esto no debe ser una imposición. Diario EXPRESO consultó con maestros tanto del área fiscal como particular para conocer sus opiniones en torno a este tema. Muchos aseguran que sí leen, pero especialmente aquellos textos que les ayuda a enriquecer las asignaturas que imparten; algunos indican que debido a sus múltiples actividades en el aula y en sus hogares, tienen poco tiempo para cultivar el hábito lector a plenitud; en cambio, otros señalan que leer un libro al mes es poco y que lo apropiado sería dos o tres durante ese tiempo. Sara María Garaicoa, rectora de la Unidad Educativa Delfos, coincide con algunos maestros en el sentido de que cuando algo se obliga, las cosas no salen bien. “La lectura se debe desarrollar a través de talleres, donde se aborden temas interesantes y motivadores”. Está convencida de que el maestro debe estar informado de la realidad nacional y universal para ser un ejemplo a seguir de sus estudiantes. “Si el maestro no lee, cómo puede pedirle al alumno que lo haga”, anota. Por eso cree que leer un libro al mes es muy poco, ya que lo mínimo sería dos o tres por mes. “Pero por algo se debe comenzar”. En algunos colegios particulares existe un Plan Lector en donde participan alumnos y profesores, quienes analizan un tema basado en la lectura de un libro o de un periodo. El trabajo se lo hace en el aula o en sus bibliotecas que están equipadas no solo de textos, sino también de computadoras donde el lector puede consultar, a través del Internet. A la biblioteca del Liceo Panamericano, por ejemplo, acuden por lo menos 10 docentes diariamente a realizar diferentes consultas, según indica la bibliotecaria Brenda Buitrón. Pero quienes más visitan el lugar son los alumnos de los primeros básicos que gustan leer cuentos infantiles. “El hábito de la lectura se desarrolla desde pequeño y da gusto ver cómo los más pequeños abanderan esta causa”, indica. ¿Pero qué leen los maestros?, preguntamos a Pedro Díaz, especializado en Lengua y Literatura y docente de la Unidad Educativa Particular Ecomundo. Y él responde que “el docente le da preferencia a la lectura de libros o fuentes que están mayormente relacionados a su especialización o asignaturas con las que labora en el aula de clases”. Reconoce que el profesor no es un lector continuo y que ello se debe al poco tiempo que tiene por su actividad. Y hace un análisis de ello: “El maestro debe laborar 40 horas semanales; esto es, ocho horas diarias, de las cuales 30 debe trabajarlas en el aula y las restantes en su casa, pero para cumplir eficientemente con su rol, sus horas laborales se extienden a más tiempo, por tanto, es poco lo que le queda para decir que de forma continua lee”. No obstante, agrega que el maestro debe hacer un esfuerzo mayor para mantener este buen hábito, que lo mejora profesionalmente y beneficia a sus educandos. Pedro Delgado, director de la escuela Numa Pompilio Llona, menciona que ahora hay libros por Internet que le permite al maestro ahorrar en la compra de un buen texto.