Lula y Correa, lo mismo

Con la candidez que caracteriza a los fanáticos del expresidente Correa, surgen voces que homologan su situación con la que vive en estos momentos el líder brasileño Lula da Silva. “La izquierda está siendo acosada por los intereses imperialistas y de la ultraderecha”, parecería ser la frase que resume aquella convicción, que mete en una sola bolsa a estos personajes, con el objetivo de sostener que el “proyecto revolucionario” para América Latina ha contado con ellos como sus soportes fundamentales.

Esta forma de interpretar lo que le ocurre al primero, ya detrás de las rejas, y lo que podría sobrevenir en contra del segundo, los lleva a creer que sus admiradas figuras sufren la arremetida de fuerzas retardatarias opuestas al cambio y a la transformación social, y que son víctimas de ese supuesto pasado de oprobio al que combatieron con sacrificio y decisión.

Entre estos dos ciudadanos claro que existen coincidencias. Tanto el uno como el otro presidieron gobiernos atravesados por una realidad de corrupción que pasó a ser cotidiana. Sus colaboradores íntimos sirvieron de instrumento para la ejecución de negociados y la constitución de fortunas, enormes e inexplicables, y pervirtieron la institucionalidad para concentrar el poder y valerse de él en su beneficio.

Sin embargo, la diferencia social de sus orígenes determinó que llegaran a la máxima posición por caminos y dinámicas diversas. Lula lo hizo a partir de su militancia en el Partido de los Trabajadores y como dirigente de los metalúrgicos, por lo que fue perseguido y encarcelado en varias ocasiones.

Correa, en cambio, lo consiguió por la novelería de un núcleo reducido de intelectuales que se deslumbraron por la rapidez de su monserga, y por haber salido en el preciso momento de profunda crisis de los partidos.

El uno se formó en la lucha obrera, el otro con los “boy scouts” y en el catecismo.

Por eso a Lula lo defiende una amplia base movilizada, y en las filas del otro no se observan sino decenas de individuos, en ralas y muy escasas oportunidades.