Conversatorio. El escritor dialogó con los medios de comunicación en un encuentro en el Hotel del Parque.

El ‘villano’ liberal que aun cree en la democracia

El presidente Lenín Moreno mantuvo una reunión a puerta cerrada con el afamado autor en el Gobierno Zonal de la ciudad. Discutieron la Ley de Comunicación y el estado del Gobierno actual.

Ha sido llamado fascista, defensor del neoconservadurismo y propagandista de la derecha. Pero a Mario Vargas Llosa, nobel de la Literatura que aterrizó ayer en el Puerto Principal por primera vez en cincuenta años, las críticas ya no le hacen mella. Se considera, sin eufemismos ni explicaciones, un liberal y un acérrimo defensor de la democracia.

Las críticas las ha escuchado todas, sobre todo a inicios de este año, cuando su libro ‘La llamada de la tribu’, un ensayo donde analiza a los pensadores que lo llevaron a hacer el giro del marxismo al liberalismo, salió a la venta.

Esas ideas, justamente, son en las que el autor profundizó en la ciudad, durante un conversatorio con los medios de comunicación, realizado en el Hotel del Parque y una charla magistral que ofreció en la Universidad de Especialidades Espíritu Santo.

En esta última, en la que participó junto al excandidato presidencial Guillermo Lasso y a Dora de Ampuero, directora del Instituto Ecuatoriano de Economía Política (ambos responsables de su visita al país), también fue investido como doctor honoris causa.

El escritor habló sobre la importancia de mantener un Estado democrático, sin intervencionismos y que brinde igualdad de oportunidades. Y, pese a la repentina aceptación de gobiernos de derecha en la región, el autor considera que en América Latina el tiempo de las dictaduras y los extremismos han pasado.

“Yo soy más bien optimista, creo que América Latina está mejorando, es mejor de lo que estaba cuando yo era joven y lo está porque los latinoamericanos, después de muchas pruebas, han entendido que el sistema democrático es el único que funciona absolutamente”, dijo.

Esto pese a los escándalos de corrupción que han marcado a las democracias del continente en los últimos años. Pese a ello, Vargas Llosa indicó que ha podido ver repercusiones, entre ellas el encarcelamiento de exfuncionarios y exmandatarios involucrados en estos escándalos. “Creo que los latinoamericanos vamos a tener que erigirle un monumento al señor Odebrecht, porque las denuncias de Brasil fueron la fuente para poder mostrar la corrupción en varios países”, subrayó entre risas, y agregó que las sentencias en contra de los políticos es un síntoma de un sistema democrático saludable.

En cuanto a Ecuador, este señaló que cree que el gobierno de Lenín Moreno está en el camino correcto, alejándose de las reformas instauradas por su predecesor. “Me alegra mucho que el presidente Moreno se haya alejado de las reformas que hizo Rafael Correa... afortunadamente tengo la impresión de que hay una rectificación muy saludable”. Agregó, no obstante, que espera que la Ley Orgánica de Comunicación sea derogada, por afectar la libertad de prensa.

Y aunque sus libros se encuentran en las listas de best sellers a nivel mundial y en los últimos días han aparecido con renovado interés en las librerías de la urbe, de literatura el nobel habló poco.

Confesó, risueño, que es supersticioso y, debido a esto, evita hablar sobre sus próximos proyectos. “Creo que los libros de los que se habla verbalmente no se escriben, así que prefiero no hablar de ellos hasta que ya estén terminados”.