‘Manas’ al volante: prisa y distraccion
El 80 % de accidentes son ocasionados por un factor humano. Autoridades enfocan sus críticas, también, a buses y motos.
Orlando N. elabora llamativas figuras de fomi que posteriormente se distribuirán a conductores y peatones para que recuerden el respeto a las leyes de tránsito.
Por las manualidades no percibe un sueldo. De hecho, es él quien con este trabajo paga las 120 horas de labor comunitaria que efectúa en las instalaciones norte de la Comisión de Tránsito del Ecuador (CTE), una metodología que es parte de las medidas sustitutivas que le impuso un juez tras involucrarse, el año pasado, en un siniestro que dejó un fallecido.
Él es una de las 60 personas que hacen labor comunitaria tras un siniestro, sea por la imprudencia en el volante o por la irresponsabilidad de otro conductor. Todos son parte de estadísticas mayores. De acuerdo a un informe de la CTE, el 15 % de accidentes se producen por vías en mal estado y falta de señalización, el 5 % por problemas mecánicos y el 80 % por factor humano.
Ante tan alto porcentaje es inevitable preguntarse cómo manejan los guayaquileños.
El jefe de la Unidad de Seguridad Vial de la CTE, coronel Nelson Rivera, sitúa en primer lugar entre sus respuestas la distracción del chofer, que conduce “sin tomar conciencia que basta un segundo para protagonizar una tragedia”.
Sostiene que en el comportamiento frente al volante también influye la edad. Por ejemplo, muchos jóvenes que obtienen la licencia “abusan del exceso de velocidad”. Solo en 2017 se han emitido 172.360 multas por ese motivo y en el país se registran multas por $ 81 millones en el último lustro.
Las mujeres por lo general conducen a una velocidad prudencial, pero uno de ‘sus pecados’ es manejar mientras se maquillan.
El apuro entra en juego también a la hora de describir al conductor de Guayaquil. Así lo asegura el director de Transporte Público de la Autoridad de Tránsito Municipal (ATM), Fernando Amador. “A pretexto de que están con el tiempo toman el volante y manejan a velocidad, sin respetar las señales ni las intersecciones”, puntualiza.
Otro aspecto negativo que se comete frente al volante es hablar por celular. Tan castigable como las acciones de motociclistas irresponsables, que tampoco se escapan de este análisis. Rivera se remonta una década atrás, cuando se amplió la importación de motos. Aquello permitió que sea asequible para toda persona y originó el aumento de los accidentes. “No usan casco y cambian bruscamente de carril, sin medir las consecuencias”, añade.
El transporte público también es foco de críticas, principalmente por el mal estado de las llantas. Pero no todo es malo. Al menos en los últimos diez años, Rivera destaca que ahora muchos usan el cinturón y conducen con los papeles en regla. Amador destaca que son menos los conductores que invaden el carril de la Metrovía y las cifras de exceso de velocidad disminuyen paulatinamente.
Cree que las mejoras obedecen a las altas multas aplicadas en las leyes estatales y las ordenanzas. “La intención no es cobrar, sino tomar acciones disuasivas”, aclara.