‘Keep Calm’

Si son de mi generación, la baby boomer - o anterior - probablemente la Corona Real con las palabras en inglés de Keep Calm, les llama la atención. Nos llega esa alerta de mantener la calma a través de imanes, fondos de pantalla, calcomanías, posters y ropa de vestir. Según lo investigado el slogan tiene más de 70 años. El original era Keep Calm and Carry On (Mantén la calma y sigue adelante), impulsado por el Ministerio de Información británico en 1939, al comienzo de la Segunda Guerra Mundial, con el propósito de animar a los ciudadanos a resistir ante un peligro inminente de invasión nazi. La corona representa al Rey Jorge VI quien avalaba la estrategia de tranquilizar a sus súbditos. Si bien entre 1939 y el 2000 fue una estrategia más, no fue hasta el año 2000 en el que el librero Stuart Manley encontró una copia entre una pila de viejos libros que había comprado en una subasta y al enmarcarlo y colgarlo en su tienda descubrió el valor potencial de este eslogan gracias al gran interés que despertó entre los clientes que entraban en su local. Pongo la historia del logo, ya que mis cuatro columnas finales del 2017 tendrán ese nombre, como un llamado a mantener la calma. ¿Que, si los movimientos telúricos significan el final de la vida? ¿Que, si convocaron a la consulta para el 4 de febrero? ¿Qué, si Rafael vino en la penumbra y se fue en mayor obscuridad? ¿Qué, si ya sale la ley de reforma tributaria, que pone el entorno económico peor que antes? ¿Qué, si la proforma fiscal es una bomba de tiempo? ¿Qué, si la estrategia de Lenín logra en solo seis meses borrar a un correísmo de 10 años? ¿Qué, si a Mangas se le chipoteó el discurso y alertó a los empresarios que creyeron en la apertura? ¿Qué, si no existe oposición? ¿Qué, si el bolsillo no alcanza para las fiestas? ¿Qué, si aún no hemos comprado los regalos? ¿Qué, si aún no sabemos cómo festejar el cruce al 2018?

Mantengamos la calma.... ¡es diciembre!, se nos ofrece el espíritu navideño, para ordenar nuestras vidas. Dejemos de preocuparnos de todo ello sobre lo cual no tenemos control.