Invernadero. Funciona en un edificio de dos pisos, ubicado en Urdesa Central. Nació en enero de este año. Actualmente se trabaja en incrementar los servicios que tiene el lugar.

‘Coworking’ un espacio para trabajar y crecer en comun

Guayaquil no quiere quedarse atrás y se embarca en esta tendencia que se inició en el país hace un lustro. El contar con nuevos espacios lúdicos, que puedan ser utilizados por emprendedores dispuestos a trabajar en comunidad, es una oferta que se cons

Guayaquil no quiere quedarse atrás y se embarca en esta tendencia que se inició en el país hace un lustro. El contar con nuevos espacios lúdicos, que puedan ser utilizados por emprendedores dispuestos a trabajar en comunidad, es una oferta que se consolida de a poco en la ciudad.

Estos escenarios son conocidos como ‘coworkings’ y, según registros, a nivel internacional alcanzan los 2 millones. Este sistema de trabajo, que se adoptó en Quito hace cinco años, ha empezado su proceso de expansión a otras ciudades como Cuenca y Guayaquil. Actualmente suman 12, cuatro de ellos (Innobis, Invernadero, i3lab y el Selectivo) están en esta ciudad.

El último en crearse en Guayaquil fue Innobis. Luis Ponce, su coordinador comercial, explica que este proyecto de ‘coworking’ arrancó en febrero de este año, con la idea de atender las necesidades de infraestructura y servicios que tienen los emprendedores locales.

Actualmente 10 empresarios hacen uso de las instalaciones: 400 metros cuadrados que encierran además de oficinas y salas de reuniones, áreas recreativas como cafetería y juegos para desestresarse.

Pero la virtud de esta forma de trabajo, explica Ponce, no solo se caracteriza en tener un buen ambiente laboral a un precio módico (el alquiler mensual en Guayaquil no supera los $ 180) sino por las oportunidades que los emprendedores también pueden hallar al interactuar en medio de una red de contactos. “Al trabajar en comunidad pueden relacionarse más. Hay empresas que de pronto pueden demandar servicios de alguna otra empresa. Si yo como empresario necesito, por ejemplo, tener mi página web, es posible que pueda hallar acá algún desarrollador que me dé ese servicio que requiero para crecer”.

La carencia de recursos que tienen los jóvenes para montar un negocio hace que este modelo de trabajo se vuelva cada vez más atractivo. Andrés Briones, presidente de la Asociación de Jóvenes Empresarios (AJE), explica que hoy en día el empresario tiende a alejarse de lo tradicional y comienza a mirar instancias no tradicionales para poderse desarrollar. En la parte financiera se está apuntando mucho a los inversionistas ángeles y ya no tanto a los bancos convencionales; ahora para facilitar su desarrollo también es común que se empiece a mirar a los ‘coworkings’.

Las oportunidades que se hallan en este sistema, acota Roberto Estrada, catedrático de la escuela de negocios IDE Business School, son muchas, pero dependerán de la apertura que los jóvenes tengan para hacer cosas en conjunto. Hay que detenerse a pensar, sostiene, “en el celo que pueden tener a que sus ideas y proyectos puedan quedar expuestos ante terceros”.

No obstante, hasta aquí nada aún frena la demanda de estos espacios. Enrique Ledergerber habla de la buena acogida que ha tenido Invernadero, el ‘coworking’ que él y su socio, Aldo Arellano, abrieron en enero de este año. Empezaron con un cliente, hoy tienen 20 y esperan seguir sumando a más ‘coworkers’, con la próxima ampliación del espacio físico, que incluirá una cafetería y un auditorio.

Ledergerber cita las facilidades que hoy en día tienen los jóvenes para iniciar un negocio. Una condición que, explica, está dada por la “democratización del emprendimiento”. “En la actualidad ya no es tan necesario ir a una institución bancaria para tener recursos y pagar tu propia oficina, o para salir y pagar una agencia de publicidad para conseguir mercados, para eso están las redes sociales. Hoy es más fácil emprender”, dice.

Sin embargo, ese desafío no será tan sencillo si no se tiene acceso al conocimiento, el plus que, según dice Arellano, su socio, ofrecen en Invernadero. “Además de tener espacios ultrafuncionales y ergonómicos, contamos con el apoyo de socios estratégicos como Microsoft. Con ellos hemos firmado un convenio para tener acceso a todos sus productos y softwares, entre ellos servidores remotos, máquinas virtuales, almacenamiento externo, servidores de ‘streaming’, que pueden ser gratis o a bajo costo”.

La competencia promete ser fuerte y desde ya busca diferenciarse. Además de brindar un espacio, está la oferta de capacitar y asesorar el desarrollo de proyectos. En eso trabajan nuevos coworkings que están por nacer en la ciudad, entre ellos el que se promueve en el Colegio de Arquitectos del Guayas o el que levanta el Municipio de la ciudad, pues desde la parte pública también se busca mejorar el ambiente del emprendimiento.