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El ‘costurero’ que viene con galletas en su interior

Las deliciosas galletas danesas que no solo revolucionaron el mundo de los dulces.

Caja de galletas danesas

Seguramente cuando eras un niño, recorriendo la casa de la abuela, en un rincón apartado, trepabas a un armario y ¡bingo!, una caja azul de galletas danesas aparecía entre sus cosas.

La tomabas y buscabas un refugio para no ser descubierto, la abrías y te dabas cuenta de que solo se trataba de hilos, botones y agujas.

Bueno, si pensaste que ese frustrante momento solo te pasó a ti, estás en un error. No eres el único, pues aquella misteriosa práctica al parecer es una tradición familiar en decenas de países alrededor del mundo.

Y.. ¿Cómo lo sabemos?

Una tuitera española publicó las capturas de pantalla de una conversación que mantuvieron dos usuarios el pasado 30 de junio. En la foto vemos lo que parece un desayuno: un jarro de café y una caja con galletas danesas dentro. Para acompañar la imagen, escribió “ah, la vida es buena”.

Inmediatamente Shehzil (@YungPakistani), un joven pakistaní reaccionó al tuit preguntando: “¿Por qué hay galletas en ese ‘kit’ de costura?”.

La respuesta ha sido retuiteada más de 100.000 veces por usuarios de la India, de Malasia, de Nigeria, de los kurdos, de Colombia, de México, de España, de Haití, entre otros. Todos afirmando que no imaginaban que convertir una caja vacía de galletas danesas en un costurero, podría ocurrir en otros hogares.

“Creía que era sólo una cosa de afroamericanos”. “Y yo creía que sólo era una cosa de las madres árabes”. “Pues yo creía que era algo típico sólo de Asia”. Y tú seguramente pensaste que era cosa solo de Ecuador. Y así esta cadena de tuits y retuis, ya fueran de Tailandia o Alaska, demostró que en todos lados hay una caja de galletas danesas con artículos de costura.

La curiosa lata redonda

Su nombre oficial es Royal Dansk, y es el producto más antiguo del grupo danés Kelsen. “Desde su aparición en 1966, fue uno de los productos gastronómicos que más exportaba Dinamarca, así que se ideó el formato de lata redonda para mantener su frescura y evitar que se rompieran en sus largos viajes por el mundo”, cuenta para diario El País, un portavoz de la compañía.

Pero lo que no imaginaron es que una vez vacía, la lata se iba a convertir en la solución de almacenaje de sus clientes en casi todos los países del mundo. Especialmente para guardar objetos de costura.

El material de la lata es una de las razones para explicar esa curiosa conexión. “Quizá es más fácil encontrar una aguja en una lata metálica que en un pajar o en un sitio donde pueda clavarse”, agrega el portavoz.

El sitio web Quora ha intentado dar una respuesta al curioso fenómeno que ha popularizado a las latas vacías. Lo más probable es que se trate del resultado de la posguerra y de la sociedad clásica en dónde la necesidad de reciclar era la única opción. Los estragos de la guerra obligaron a los países europeos involucrados a fomentar la reutilización de todo lo fuere posible. Y como se trataba de una caja hermética y resistente; sin agujeros de ningún tipo y con un diseño estéticamente agradable, pues qué mejor lugar para guardar las agujas de la abuela.