Muchas familias que se reencontraron en el aeropuerto José Joaquín de Olmedo vivieron momentos emotivos.

El ‘corre corre’ prevalecio a pocas horas de la Navidad

Intransitable. Esa es la palabra que mejor define el escenario que los corredores de la bahía presentaron durante la mañana y tarde de ayer, cuando acogieron a miles de personas que compraban a última hora el regalo navideño.

Intransitable. Esa es la palabra que mejor define el escenario que los corredores de la bahía presentaron durante la mañana y tarde de ayer, cuando acogieron a miles de personas que compraban a última hora el regalo navideño.

Electrodomésticos, juguetes, ropa, celulares... La oferta era tan variada como los gustos de los clientes.

“Todo diciembre es bueno para nosotros, pero desde ayer (viernes) se vende mucho más... la gente deja todo para última hora”, comentó entre risas la comerciante Kathy N., mientras contaba las monedas del cambio que debía entregar a un comprador.

En la calle Villamil, un tumulto llamó la atención de policías metropolitanos que patrullaban la zona. Pero no era una emergencia médica ni mucho menos una gresca, se trataba de una promoción. A la voz de “¡Zapatos Converse a 30 dólares!”, decenas se abalanzaron sin dudar.

Eran cerca de las 10:00. Era el turno de los expendedores ambulantes de comida preparada para ‘hacer su agosto’. Uno de los platos preferidos fue el bollo de pescado, que por un dólar era hábilmente despachado en un plato descartable.

Conforme transcurrían los minutos, las inmediaciones del sector empezaron a llenarse de compradores y curiosos, quienes arribaban en buses o en vehículos particulares.

Mientras, en los centros comerciales el ambiente fue de relativa calma, hasta el mediodía. La falta de parqueo en Policentro y San Marino Shopping Center advertían sobre el intenso movimiento dentro de ambas instalaciones.

A las 09:42 de ayer, los viajeros ingresaban a pie a la terminal terrestre Jaime Roldós Aguilera, de Guayaquil. Unos en short y otros con ropa para el frío. Con bolsos al hombro y maletas de ruedas, cargando cartones, fundas y hasta el pavo congelado para la cena navideña, listos para desplazarse a las provincias de Costa y Sierra.

A esa hora hubo más viajeros haciendo fila en la ventanilla de la cooperativa CIFA, que va rumbo a Santa Rosa, Arenillas, Huaquillas, Machala y Tumbes, que al pie de la boletería de Liberpesa Cica que va a las playas de Santa Elena.

William Cárdenas vive en Quito. Ayer compró su tique para viajar a su natal Huaquillas, donde tenía previsto recibir la Navidad. Y hoy tiene programado volver a Quito.

En tanto que la milagreña Isabel Espinoza llegó ayer a Guayaquil desde su cantón para junto a su familia de cinco personas trasladarse a Chanduy. Acudió a la casa de un primo que los invitó a cenar allá.

La fundación Terminal Terrestre espera recibir a 250.000 pasajeros durante este fin de semana navideño.

Mientras, en el aeropuerto José Joaquín de Olmedo se vivieron momentos emotivos, por la llegada de las personas que aprovecharon la Navidad y fin de año para compartir en familia.

Hubo quienes no lograron ocultar las lágrimas, más aún cuando observaban a los pasajeros en la sala de arribo de la terminal. MVM-DEMO

Ajetreo y emoción fueron la tónica

Las compras de último minuto en vísperas de Nochebuena vigorizaron el volumen de ventas en la bahía de Guayaquil.

La terminal terrestre Jaime Roldós Aguilera recibió a los viajeros que pasaron Navidad en otras provincias.