El ‘brexit’ y la economia global

La cuestión singular del ‘brexit’ ha consumido al Reino Unido por dos años y medio. El sí, cómo y cuándo de su retiro de la Unión Europea, tras décadas de pertenencia, ha desplazado cualquier otro debate político. Las consecuencias económicas se sentirán de manera más aguda en RU que en la UE. Aun así, los sistemas políticos y económicos están pasando por cambios estructurales de amplio alcance, muchos impulsados por la tecnología, el comercio, el cambio climático, la alta desigualdad y la creciente ira política. Al abordar estas cuestiones, los hacedores de políticas públicas en todo el mundo harían bien en tomar en cuenta las lecciones del ‘brexit’. Como no se puede reemplazar algo por nada, no hubo un quiebre inmediato en el comercio entre el RU y la UE. A falta de claridad sobre qué tipo de ‘brexit’ terminaría materializándose, la relación económica simplemente siguió “tal cual”, y se evitó una alteración inmediata. Y al hacer proyecciones macroeconómicas y de mercado para el ‘brexit’ hasta el momento, “corto versus largo” ha sido más importante que “blando versus duro” (“duro” por el retiro total, y muy probablemente desordenado, del RU del mercado único europeo y de la unión aduanera). El interrogante no es si el RU enfrentará un ajuste de cuentas económico importante, sino cuándo. De todos modos, su economía ya está experimentando un cambio estructural a ritmo lento. Existen pruebas de una caída en la inversión extranjera que contribuye al nivel de inversión desalentador de la economía en general. Esta tendencia está acentuando los desafíos asociados con un crecimiento débil de la productividad y existen señales de que las empresas con operaciones en RU han comenzado a implementar sus planes de contingencia para el ‘brexit’ luego de un período prolongado de espera, planificación y más espera. Además de trasladar inversiones fuera del RU, también empezarán a reubicar empleos, lo cual probablemente se acelerará aun si la primera ministra británica, Theresa May, logra que el acuerdo de salida que propuso sea aprobado en el Parlamento. El proceso del ‘brexit’ revela los riesgos asociados con una fragmentación económica y política, y ofrece un anticipo de lo que le espera a una economía global cada vez más fracturada si esto continúa: interacciones económicas menos eficientes, menor resiliencia, flujos financieros transfronterizos más complicados y menos agilidad. Un autoseguro costoso va a reemplazar a algunos mecanismos de seguros combinados del sistema actual y será mucho más difícil mantener normas y estándares globales, y una armonización y coordinación internacional de las políticas. Es probable que el arbitraje tributario y regulatorio también se vuelva cada vez más común. Y la generación de políticas económicas se convertirá en una herramienta para abordar los temores de seguridad nacional (reales o imaginados). Todavía está por verse de qué manera esta estrategia afectará los acuerdos geopolíticos y militares existentes. También habrá un cambio en el modo en que los países buscan estructurar sus economías. Hoy ser una economía grande y relativamente cerrada podría empezar a parecer más atractivo. Para los países que no tienen esa opción los bloques regionales cohesionados podrían ofrecer una alternativa útil.