Protestas. Los indígenas amazónicos, con sus lanzas, se unieron a las manifestaciones de ayer.

Llega a Quito el refuerzo de los amazonicos

Dirigentes confirmaron la llegada de mil indígenas. Hubo enfrentamientos en los alrededores de la Asamblea Nacional.

Noveno día de paralización. Anunciaron que harían una marcha pacífica. Caminaron por la avenida Seis de Diciembre, en el centro-norte de Quito, y avanzaron por la avenida Patria.

A la cabeza iba Jaime Vargas, presidente de la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie). Rodeado por la ‘guardia indígena’, sentenció: “¡Seguiremos aquí! Al final en Quito están todos los pueblos indígenas”.

Hasta ahí todo bien. “Infiltrado encontrado pagará con justicia indígena”, repetían los manifestantes mientras continuaban, a paso rápido, por la calle. Entonces ya se olía que la marcha no iba a ser tan pacífica. Empezó una mujer de la comunidad. Ella enfrentó a un cerco policial (que ha cerrado, durante los últimos días de protesta, la calle Juan León Mera y el paso al norte de la capital) y gritó: “El Gobierno es un falso traicionero...”. Y otras frases más que quedaron registradas en videos de los transeúntes.

Con lanzas, otros indígenas de la nacionalidad Shuar caminaban hacia la avenida 10 de Agosto. Eran muchísimos. Y el presidente de la Confederación de las Nacionalidades Indígenas de la Amazonía Ecuatoriana (Confeniae), Marlon Vargas, lo confirmó. La madrugada de ayer llegaron a la capital alrededor de 1.000 indígenas amazónicos, entre ellos 80 Arutam, para hacer el relevo de sus “compañeros” que estuvieron desde la semana pasada en las protestas en contra del Gobierno Nacional, para exigir la derogatoria del Decreto 883 que elimina el subsidio de los combustibles.

El objetivo de la marcha, hasta ese momento, era el centro histórico. En cuanto pisaron la 10 de Agosto, el tránsito se paralizó. Algunos comerciantes que pese a ser feriado decidieron abrir sus locales para recuperar las ventas por todo lo que han perdido en estos días, debieron bajar las lanford y otra vez esperar que el relajo terminara. No pasó.

Apenas transcurrieron unos veinte minutos desde que ‘despegó’ la marcha desde el Ágora de la Casa de la Cultura, cuando empezaron a sonar los primeros bombazos de gas lacrimógeno y pirotecnia. ¡Boom! ¡Boom! Confirmado. De pacífica, la marcha no tenía nada. O quizás sí. Solo que al encontrarse la policía y los protestantes, se generaron los disturbios. Y esta vez el escenario no fue el centro histórico, sino los exteriores de la Asamblea Nacional. Nuevamente destrucción, daños a la propiedad, víctimas, enfrentamientos... ¡No hay tregua! (hasta ahora).

Primero, un policía resultó herido. Sus compañeros tuvieron que sacarlo inmediatamente del lugar en una camilla. Segundo, en imágenes se veía cómo algunos protestantes (no es confirmado que se tratase de indígenas) intentaban ingresar en inmuebles de los alrededores del Palacio Legislativo. Tercero, un manifestante cayó tras ser herido y paramédicos lo auxiliaban... Hasta el cierre de esta edición se registraron ocho uniformados y dos civiles afectados en los enfrentamientos.

En las calles encendieron fogatas para neutralizar la asfixia que generaba el gas lacrimógeno, pues los uniformados no dejaban de disparar las bombas. Eso causó pánico en las instituciones aledañas, como en el Hospital Eugenio Espejo y, a unos metros de allí, en la Maternidad Isidro Ayora. “Por favor, a las autoridades, les rogamos, somos madres, ¡ayúdennos!”, era el mensaje que se difundía en un video en las redes.

Vargas, de la Confeniae, afirmó que el paro del sector indígena se radicaliza. Otra vez. Porque el jueves, cuando retuvieron a 27 periodistas y 8 policías, dijo lo mismo. Precisó que a más de traer la gente hasta Quito, las bases indígenas en la Amazonía se han tomado las gobernaciones y otras instituciones, así como los pozos petroleros. “Hemos dicho que no habrá petróleo para Guayaquil ni para Quito”, aseveró. Además, amenazó con levantarse en armas si durante las protestas mueren otros indígenas amazónicos.

A las 14:00 se redujo la tensión. Muchos cantaron el Himno Nacional y el ambiente, en ese momento, se calmó. Pero por ahora nada se sabe... Quizás la efervescencia que aún queda de la paralización rompa, más tarde, la serenidad de la que tanto se habla, pero que siempre termina en medio de gas lacrimógeno y piedras.

Legislativo

Los enfrentamientos, esta vez, no se registraron en el centro histórico, donde durante los días anteriores se habían generado los enfrentamientos. Ayer, los alrededores de la Asamblea Nacional fueron la zona de conflicto.

Salud

La Secretaría de Comunicación informó que grupos de manifestantes atacaron de “forma violenta” a la fuerza pública en la zona de la Maternidad Isidro Ayora y del Hospital Eugenio Espejo, y eso puso en riesgo a los pacientes.

La alameda

En el parque de La Alameda, centro de la capital, quemaron un árbol patrimonial y además destruyeron algunas casetas de los vigilantes del lugar. Las vallas del Metro de Quito, que está en construcción, también fueron retiradas por los manifestantes.