Referencial. Guayaquil. De los $ 7.475 millones negociados en el 2018, el 56,8 % (3.232 millones) fue negociado a través de la Bolsa de Valores de Guayaquil.

Menos limites alientan al mercado bursatil

La nueva Ley de Mercado de Valores apunta a eliminar ciertas restricciones. Sigue siendo un desafío aumentar su liquidez.

El mercado bursátil del país vuelve a tener una nueva oportunidad para crecer al volumen que ansían sus actores. Hoy, la expectativa está puesta en la eliminación de ciertas restricciones que se propone en la reforma a la Ley de Mercado de Valores que se prevé será enviada a la Asamblea, vía ordinaria, antes del receso legislativo programado para el próximo 19 de agosto.

Lo que se pretende es actualizar una ley que fue diseñada hace 25 años y que limita la participación de ciertas entidades en este mercado, como los bancos. Así lo explica Paul McEvoy, gerente de la Bolsa de Valores de Quito (BVQ), quien adelanta que las reformas planteadas estarán relacionadas con permitir que la banca pueda emitir papel comercial para poder financiarse a corto plazo a través de bolsa y que puedan comercializar las participaciones que manejan los fondos de inversión.

Estos cambios, dice, permitirían abrir el abanico de transacciones que se realizan en las bolsas del país y comenzar a revertir la suerte de estancamiento que por años ha tenido el sector. El año pasado, en las bolsas de Guayaquil y Quito se lograron negociar títulos valores a un costo de $ 7.475 millones, si bien este monto es superior a los $ 5.183 millones registrados hace 5 años, ese incremento no ha sido suficiente para crecer al ritmo de la economía del país. El año pasado, la partición de este sector con respecto al PIB fue de un 6,90 %, inferior al 8,39 % que tenía hace un lustro.

Si vemos el avance que este mercado ha tenido en otros países, dice McEvoy, “tenemos que Colombia el año pasado llegó a negociar el 180 % de su PIB. Es decir, allá se llega a mover en una semana, lo que hacemos en Ecuador en un año”.

Las reformas propuestas, dice Rafael Balda, asesor legal corporativo y exintendente nacional del Mercado de Valores, son positivas porque generarán dos efectos: el primero es que la banca tendrá más opciones de captación de dinero (no solo vía depósitos o créditos internacionales) pudiendo captarlo a corto plazo a través del mercado de valores; lo segundo es que esto abrirá una nueva opción de oferta para los inversionistas que desean comprar títulos valores. “Es verdad que todos queremos que se invierta principalmente en el sector real, pero el mercado de valores también es una herramienta para la banca y hay inversionistas que tienen justificadas razones para invertir en títulos de la banca. Al final todo esto regresará a la economía vía créditos”, explica.

La misma dinámica se originaría abriendo la posibilidad de que los bancos comercialicen unidades de participación de fondos de inversión. “Eso le dará a las administradoras mayor posibilidad de acceder al público, y este último también tendrá nuevas opciones para invertir en fondos que, a nivel mundial, es una de las formas más seguras y rentables”.

Rodolfo Kronfle, presidente de la Bolsa de Valores de Guayaquil (BVG), ve también con optimismo que se planteen nuevos mecanismos de negociación, pero coincide con Paul McEvoy de que para lograr un verdadero dinamismo del mercado es necesario impulsar su liquidez. Y para eso se plantean varias opciones. Entre las más atractivas que ambos mencionan es la de lograr que los fondos previsionales (el ahorro de largo plazo de los jubilados y que hoy es administrado por el Banco del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social, Biess), puedan circular en bolsas. Este mecanismo, dicen, es lo que ha incentivado el crecimiento del mercado bursátil de otros países.

De los $ 19.000 millones en activos que tiene el Biess, dice McEvoy, apenas $ 300 millones están invertidos en bolsas. Lo natural, sostiene, es que los propietarios de estos recursos puedan beneficiarse de la mejor rentabilidad que, a su criterio, ofrecen las bolsas, pero que también sus recursos puedan servir como financiamiento del sector productivo. Para que esto se dé, acota, no se necesita una ley, sino la voluntad de los directivos del Biess de probar nuevas opciones de inversión.

Otras alternativas están ligadas a crear incentivos fiscales para que nuevas personas naturales participen en este mercado. Otro blanco son las negociaciones transfronterizas.

La importancia

Distribución del capital

Las bolsas, además de ser una opción de inversión, permiten poner los ahorros de un país a la disposición del sector productivo. El financiamiento que obtienen las empresas puede ser de corto y largo plazo, con tasas de hasta el 9 %.

Formalización

Cuando una empresa recurre a la bolsa adopta mejores prácticas de Gobierno Corporativo. Eso le ayuda a ser más competitiva y a sostenerse en el tiempo.

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