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Limbus

América Latina y el Caribe crecerán en su economía en un 2,7 % en 2021, siendo Bolivia, Paraguay y Perú los que se mantendrán primeros con crecimiento de alrededor del 4 % ¿Y nosotros? Bueno, esa es otra historia. Si vamos de atrás hacia adelante estamos en el antepenúltimo puesto; no sacamos medalla, pero generalmente en una competencia hasta el octavo puesto recibes algo, un cartoncito. Lograremos este año llegar al 0,1 % y al 2020 puede que logremos el 0,4 %. Un país totalmente endeudado, con poco dinamismo en la inversión y alto desempleo. Me preocupo, sí, porque no veo la luz al final del túnel y me estoy preocupando mucho más al experimentar el pasado fin de semana el paso fronterizo de Tumbes. Familias y más familias venezolanas tratando de entrar o salir, sentados, dando vueltas, mirando, esperando con papeles, sin papeles o con un ‘sándwich’... y sus colchas en el piso, ropa colgada entre las palmeras que adornan las afueras del edificio de inmigración. Cartelitos que dicen salida del Perú y entrada al Ecuador, baños sucios y una chica venezolana con escoba en mano diciéndonos que hay que limpiarlos y debemos utilizarlos rápido; el heladero de Pingüino siguiéndonos, ya que éramos algunos padres y chicos que veníamos de Piura por una competencia de natación... Maletas y más maletas por todas partes y el heladero que se nos acercaba. Creo que el limbo es más o menos lo que experimenté en esa frontera donde todo puede suceder de día o de noche, donde no hay ley y no existe el famoso crecimiento económico; solo poder cruzar es donde el porcentaje se mide. Sí, me preocupo porque son miles los que cruzan, se quedan y no tienen trabajo, incluyendo los ecuatorianos. Pocos quieren invertir en Ecuador y nuestros recursos naturales no están siendo aprovechados de la mejor manera. En Bolivia ahorraron, nosotros no; exportan gas natural, venden diesel, soya y el Gobierno boliviano pone las reglas, no otros. Debemos proyectar, producir y proponer transformaciones verdaderas de acuerdo a nuestra realidad y capacidad; hay que empezar a tomar decisiones por el bien común y nuestra seguridad. Saliendo del limbo vemos desde el bus a pocos caminantes logrando pasar, con su vida en la espalda. Ellos sin rumbo y nosotros hacia Guayaquil.