Libertad y bicentenario

Para Guayaquil, su ciudadanía y la sociedad de emprendedores, de hombres y mujeres que hacen de la economía mercantil capitalista su definición, acción y destino, el octubre revolucionario siempre es de orgullo, rememoración y transcendencia. Hoy como ayer es el más importante legado sociopolítico y una herencia material-espiritual-cultural que hay que saber llevar, refrendar y engrandecer.

Faltan apenas 3 años para que celebremos el bicentenario del octubre insurgente de 1820 que nos legó principios que no fueron solo discursos ilustrados sino razón, saber y acción de una sociedad que se propuso hacer libre su provincia, la región y el país. Desde ahí emergió la nación.

Por eso “Guayaquil por la patria” no es solo consigna sino compromiso de esta provincia que asumió el sacrificio de crear desde esta ciudad una sociedad de hombres libres. Este legado insurgente y libertario lo refrendó en 1845, 1895 y 1944. Desde Octubre de 1820 Guayaquil tiene una praxis y pasión por la libertad.

Repensemos la celebración del bicentenario. Despertemos el espíritu y fuerza de octubre para lograr hacer algo cercano o similar a lo que realizaron los quiteños en el 2009. La historia de Guayaquil merece algo más que reuniones, comisiones y uno que otro evento que nos recuerde que la cívica guayaquileña es libertaria y creadora de un liberalismo social que se hace con entrega y pasión, y que debe ir más allá de las improvisaciones.

Es hora de que las obras completas de Olmedo sean publicadas. Que se comprenda que este político y tribuno fue más que poeta y autor del Himno a Guayaquil, Canto a Junín y Miñarica. Esencialmente es el iniciador de un pensamiento político del liberalismo social que debe ser conocido por los guayaquileños. El Municipio debe publicarlas con un estudio preliminar hecho por guayaquileños y no “intelectuales” afuereños (como pasó con las obras de José de la Cuadra) que desconocen qué es el liberalismo social guayaquileño.

Que el bicentenario no nos sorprenda en tertulias sino en repensar y revalorizar la fuerza libertaria del liberalismo social que nace del pensamiento y acción política de Olmedo, Rocafuerte, Aguirre Abad y Pedro Carbo.