El Leon Becerra

Como exministro de Salud, no puedo permanecer impávido ante el desprecio y abandono del que es objeto tan importante casa de salud, que desde hace 113 años y de manera silenciosa pero altamente efectiva, se ha entregado al servicio de la infancia. Sobre todo, ha adquirido una posición preponderante debido a la incontenible demanda de cirugías por parte de niños de muy bajos recursos que el Ministerio de Salud no ha sido capaz de resolver, responsabilidad que el hospital León Becerra ha sabido asumir espectacularmente.

El Señor no perdona la ingratitud, respecto de la cual existe un sentimiento de santa ira y rebeldía al contemplar a un organismo del Estado que, ensañándose, se sirve descaradamente de los demás, siendo incapaz de reaccionar positivamente, recompensando por elemental sentido de justicia los favores y beneficios recibidos de parte de tan importante casa de salud.

El Congreso Nacional en el 2006 estableció un exhorto disponiendo que el MSP entregue al hospital León Becerra la cantidad de 80.000 dólares mensuales, lo cual se hizo efectivo hasta diciembre del 2013, fecha en la que el MSP en un acto verdaderamente amnésico, cruel y soberbio, dejó de cumplir lo establecido.

Los impactantes aciertos administrativos y organizacionales del Directorio, han hecho que importantes instituciones del exterior se llenen de afecto y confianza para con tan querido hospital y pese a sus limitaciones, vienen constantemente, con excelente voluntad y gran alegría, a prestar su contingente y a solucionar problemas quirúrgicos, muchos de ellos de gran envergadura.

Desde el 2010 han acudido 22 misiones de EE. UU. y Francia para intervenir quirúrgicamente a niños con labio leporino y paladar hendido, estrabismo, cataratas, ortopedia pediátrica, defectos de mano, problemas máxilo-cráneo-faciales, escoliosis y múltiples procedimientos dentales y visuales.

Señor presidente: ejerza su autoridad, ubique a la ministra en su sitio, ordene la entrega de US$ 10’000.000 de dólares y ¡salve al hospital y a la niñez ecuatoriana!

Y sigo andando...