“Los problemas no son eternos”

Shakespeare decía: “Siempre me siento feliz, ¿sabes por qué? Porque no espero nada de nadie”. Los problemas no son eternos, siempre tienen solución, lo único que no se resuelve es la muerte. No permitas que nadie te insulte, te humille o te baje la autoestima. Los gritos son el alma de los que no tienen razón. Siempre encontraremos gente que te quiere culpar de sus fracasos. Hay que ser fuertes, hay que sacudirse de los tropiezos que nos pone la vida, para avisarnos que después de un túnel oscuro y lleno de soledad, vienen cosas muy buenas. No hay mal que por bien no venga. Por eso, disfruta la vida que es muy corta, por eso ámala, sé feliz y siempre sonríe.

Ab. Elio R. Ortega Icaza