“La mujer debe creer en sí  misma”

“La mujer debe creer en si misma”

En las compañías dicta talleres y seminarios enfocados al empoderamiento de los empleados, al poder ser, a tener un buen desempeño, explica a EXPRESO con su hablar pausado y tono maternal.

Ana María Salazar lleva 12 años como terapeuta de familia de la Sociedad de Beneficencia de Señoras de Guayaquil.

Esa labor la combina con su trabajo como coach sistémica, a nivel privado y empresarial. En las compañías dicta talleres y seminarios enfocados al empoderamiento de los empleados, al poder ser, a tener un buen desempeño, explica a EXPRESO con su hablar pausado y tono maternal. Es una dama de acogedora conversación.

“Respeto todos los paradigmas del coach, pero a mí el coach sistémico me encanta porque cuando una persona está teniendo algún tipo de dificultad en su familia no va a dar el 100 % en el trabajo. O puede que una dificultad personal lo lleve a no creer tanto en sí mismo, a que no se lleve bien con sus compañeros, que sufra bullying laboral de parte de los compañeros y jefes. Ahí uno entra. El coach se orienta a ayudarlo a superar esto que le impide que siga, a que reencuentre sus fortalezas y a través de ellas se fije metas”, explica.

El empoderamiento es uno de los temas en los que más trabaja la especialista. Hizo un paper sobre el empoderamiento de la mujer del siglo XXI para una campaña enfocada en el cambio generado desde el siglo pasado hasta la época actual.

“La mujer de hoy es multifacética: es madre, esposa, abuela, como soy yo ahora, y profesional y en todos esos campos siempre quiere dar su mejor cara. Este empoderamiento se trata de que la mujer crea en sí misma”, señala Salazar.

Sus comienzos fueron como orientadora familiar. Luego obtuvo el título de orientadora y consultora familiar y tecnóloga social en la Universidad Católica de Guayaquil.

Después tuvo la “experiencia maravillosa” de que por autogestión, con un grupo de excompañeros lograron traer a los profesores de la escuela Vasco Navarra, de Terapia Familiar de Bilbao. Con ellos hizo dos maestrías, “como experto en intervención sistémica (coach sistémico) y también saqué mi maestría como psicoterapeuta de familia, pareja e individual”.

También estudió psicodrama, que consiste en un estudio de técnicas, similar a las constelaciones familiares. Se hace en terapia, en la cual se forma una escultura con los miembros de la familia (colocando a cada uno en determinado orden).

El bienestar personal y familiar es el enfoque en el que trabaja a diario.