Algunos evangélicos transcriben versículos en el vidrio posterior de sus carros y llevan la Biblia sobre el tablero; los marinos ponen leyendas alusivas a la fuerza naval y llevan adentro una gorra; entiendo que los unos lo hacen para tener la protección de Dios y los otros para imponer respeto.
Por eso antes hasta algunos vigilantes de tránsito que eran muy severos no se atrevían a citar por una infracción a algún marino agresivo. Ahora, los ladrones no respetan ni a los “hermanitos” ni a los marinos y les roban sus carros o los accesorios. ¡Hasta donde hemos llegado!
Miguel Ulloa Paredes