
“ Nos hemos endeudado mas Si, por la coyuntura”
Desde 2015 se publican dos cifras de deuda: la agregada incluye todos los compromisos del Estado; la consolidada, en cambio, excluye las cuentas por pagar entre entidades del Estado. Es decir, para estadística, no se suman, por ejemplo, los compromisos
El exgerente del Banco Central y actual ministro coordinador de Política Económica asegura que Ecuador tiene capacidad de pago y que el próximo gobierno tendrá varias alternativas si quiere, por ejemplo, renegociar los contratos de deuda pública que deja la administración de Rafael Correa.
A cinco meses de terminar la gestión del gobierno actual, ¿es prudente continuar emitiendo bonos y contratando deuda?
Por responsabilidad, un gobierno no gobierna solo para su periodo, sino que fundamentalmente tenemos que dejar al siguiente gobierno una economía en recuperación; con la suficiente liquidez para que, sin importar quién gane, tenga los suficientes recursos para que pueda ejecutar un plan de gobierno en excelentes condiciones. He visto que algunos analistas usan el término “sobreendeudamiento” pero, si uno es medianamente responsable y analiza las cifras de deuda pública, del Ministerio de Finanzas, ve que a noviembre la deuda agregada es del 38,7 % del PIB y la consolidada tiene 10 puntos menos, es decir el 28 %.
¿No se va a tomar en cuenta el 38,7 % sino el 28 %?
Sí. Es la deuda consolidada.
Pero antes se manejaba la deuda agregada para establecer el límite de endeudamiento...
El límite de endeudamiento se relaciona con la capacidad de pago que tiene una economía. La economía ecuatoriana ha crecido 2,1 veces en estos diez años. Entonces, la capacidad de producción es mayor y, por lo tanto, la capacidad de destinar parte de eso a cubrir los pagos de deuda es más grande. Además, la economía ha demostrado una recuperación que permite obtener mejores condiciones de endeudamiento. Ahora estamos haciendo emisiones al 9,1 %. Si las condiciones continúan mejorando, como esperamos, el próximo gobierno podrá reestructurar esa deuda a unas condiciones financieras mejores, a mejor plazo. Pero resultaba imposible en las condiciones que tuvimos en 2015 y 2016.
La deuda agregada es del 38,7 % y el límite es del 40 %. ¿Se está dejando sin margen de acción al próximo gobierno?
No nos olvidemos que el país hace amortizaciones. No solo recibe dólares, sino que también paga. En 2016, los pagos superaron -incluyendo el pago a OXY- los 6.400 millones.
¿Por qué no se considera dentro del cálculo de la deuda pública a los préstamos del Banco Central al Gobierno?
Por una norma legal. Lo que está a menos de un año (de plazo) no se considera deuda.
¿Por qué tampoco se consideran las preventas de crudo?
Porque es un contrato comercial del flujo petrolero. No es el Ministerio de Finanzas el que contrata, es la empresa petrolera la que vende anticipadamente crudo.
¿Endeudarse era la única vía?
La estrategia fue no empobrecer a la ciudadanía. ¿Hemos tenido que endeudarnos más en estos dos años? Sí, por la coyuntura. El país perdió casi 10.000 millones de dólares por la caída del precio del petróleo, la apreciación del dólar y porque tuvimos que pagar contingentes. Son 10 puntos del PIB. No ocurría desde el periodo 1986-1987.
¿Y si recurrimos a entidades que dan mejores condiciones?
Si bien el Fondo Monetario Internacional presta en mejores términos, pone condiciones que son económicamente nocivas. Habría pedido eliminar subsidios y eso reduce la capacidad adquisitiva de los ciudadanos...
Pero es necesario revisar los subsidios, ¿no?
No necesariamente. Incluso el exministro Mauricio Pozo, ahora candidato a la vicepresidencia, ha dicho que los subsidios no son ni buenos ni malos. Muchos critican cuando están fuera, pero cuando están enfrentados a una candidatura dicen “no es tan malo”. El Fondo habría pedido, además, más recortes del gasto, eso era trasladar el costo a la población.