“Emprendamos nosotros la solucion para defender el derecho que nos asiste”

Se dice que el regionalismo tomado en su mal sentido de odio regional o de envidia entre zonas de un mismo país, es un sentimiento negativo y pernicioso que debe ser combatido a ultranza. Es verdad, sin embargo, cuando los mandatarios de un país distribuyen los ingresos fiscales en forma justa y teniendo como base la producción de cada región y su contribución a la riqueza nacional, única medida de verdad equitativa los sentimientos regionalistas, no se desarrollan, sencillamente porque todos los gobernados saben en su interior que nuestro gobernante está procediendo en base de una justicia distributiva.

Pero, lamentablemente, la primera ciudad del Ecuador, su principal puerto, la urbe con mayor densidad de la población y la que sin duda produce más, tiene la mala suerte de que la que le sigue en importancia económica y demográfica es la capital, motivo por el cual, basándose en su condición ya expresada, ha sido favorecida tradicionalmente como la más merecedora de la inversión de los principales recursos del Estado, a costa y en perjuicio de Guayaquil; si a esto se agrega que en la capital reside el gobierno y donde se encuentra mayoritariamente apoltronado ese monstruo devorador llamado burocracia, fácilmente concluiremos que la situación expuesta no va a variar.

Eco. Mario Vargas Ochoa