Siguiendo la línea política de la revolución ciudadana, fue declarado presidente electo al licenciado Lenín Moreno. La opción está tomada por quien escogerá lo necesario y programará el futuro del país, analizando los últimos diez años, cuya realidad nos impone mirar hacia adelante. Lo que sí hay que analizar, del pasado, es lo negativo o desfavorable, para hacer un balance, para hacer los cambios que sean favorables.

Corresponde al nuevo presidente reflexionar, meditar, respetar y tratar de no imitar o complacer a su antecesor, porque a él le corresponderá responder por sus propias acciones.

Por otra parte, en campañas políticas prometió que su gobierno será de diálogo, que dinamizará la economía, se extenderán puentes de diálogo con los diferentes sectores de la sociedad, como trabajadores, indígenas, profesores y empresarios, entre otros. No habrá confrontaciones ni humillaciones, eliminará la polarización que ha dividido a la sociedad, bajará el gasto en burocracia, entre otras acciones.

De esta manera, el señor presidente no quiere emular a su antecesor, tiene que ser respetuoso, tolerante, humilde, conciliador, receptivo y ecuánime. Los ecuatorianos preferimos a un mandante equilibrado, antes que prepotente.

Lic. Robespierre Rivas R.