
“En economia no existen los milagros”
La Comisión de Régimen Económico empezó, el lunes, las comparecencias para el proyecto de Ley de Equilibrio de las Finanzas Públicas. Este recaudará 335 millones de dólares en 2016.
Está en su curul, revisa sus teléfonos. Sale un momento para hablar con EXPRESO sobre la decimotercera reforma tributaria. Franco Romero analiza lo que calificó como un “nuevo golpe a la economía de los ecuatorianos”.
Usted es miembro de la Comisión de Régimen Económico que trata el proyecto del Ejecutivo. ¿Cuál es su balance de las comparecencias de las autoridades del sector público?
El denominador común ha sido defender lo indefendible. Por ejemplo, sostener que el azúcar es dañina para la salud. O que solo las clases altas beben gaseosas, o que el dinero electrónico beneficiará al pueblo ecuatoriano porque se devolverá el 2 % del IVA. El proyecto se aprobará, pero mi mayor preocupación es este último tema.
¿Por qué le preocupa el dinero electrónico?
El gerente subrogante del Banco Central nos dijo que, ahora, hay 800.000 dólares en circulación. Este proyecto quiere llegar a los 20 millones de dólares. Mi temor es que su uso crezca desmesuradamente y el Gobierno nos lleve a una economía virtual, como en el pasado. El dinero empezará a circular y se cruzarán los pagos entre el sector privado y el público. Eso podría bajarnos de la dolarización.
¿Cuáles serían las consecuencias para la economía local?¿Cuánto nos costó adaptarnos a la dolarización? Tuvimos un costo económico y social. Ahora, dejarla tendría un ‘precio’ que pagaríamos todos.
¿Puede dar un ejemplo de lo que ocurría, según su propia hipótesis?
Habría que equiparar la nueva moneda con el dólar, es decir ponerla uno por uno. Pero esto empujaría a una devaluación. Entonces, necesitaríamos más ‘nuevos sucres’ para pagar las deudas que fueron contraídas en dólares.
¿El dinero electrónico es un pretexto para que caiga la dolarización?
Quisiera creer que la reforma es para gravar con más impuestos las bebidas gaseosas, los licores y los tabacos. Todo esto es el maquillaje gubernamental para impulsar a este dinero virtual.
Después de nueve años, ¿por qué el Gobierno se interesa en este dinero?
Porque no tiene la suficiente valentía y sinceridad para admitir que ha fracasado su proyecto económico-político. Tampoco quiere transparentar las cuentas. No sabemos cuánto debemos al IESS, al exterior o por la preventa de petróleo. No sabemos de cuánto es el agujero fiscal. Este es un subterfugio para ganar tiempo y ver lo que pasa con los precios del petróleo. El Gobierno asume una posición irresponsable: está esperando un milagro, pero en economía no existen los milagros.